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Muselina de fresa.

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Este mes de mayo está siendo más de fresas que de flores....

Con la escasez de rayos de sol y las bajas temperaturas, mi jardín está aun vestido de marzo o de abril. Las fresas, sin embargo, no han faltado a su cita anual, y en mi casa han sido recibidas con gran alegría por parte de las chicas. Es curioso que a nosotras nos gustan los sabores dulces y a ellos los más ácidos como el limón. Una coincidencia genética muy apropiada.





Esta receta de muselina de fresa que data de no se sabe cuando, se encuentra dentro del haber culinario de una señora llamada Alia. 

Alia es un nombre de origen árabe, cuya onomástica es el 1 de noviembre y que significa "aquella que es sublime y superior".

Pero Alia, es también "la tía Alia" de mi amiga Carmen cuyo blog precisamente lleva este nombre tan peculiar que a mí ya siempre me va a sugerir ingredientes, olores, y sabores.

Llevo tiempo queriendo formar parte del "mundo Alia" y me parece fantástico estrenarme con esta propuesta que es a la vez sublime, y superior, como su dueña.




Cada primer lunes de mes Carmen nos enseña, en su blog, un recorte del gran recetario de su tía, bueno dos; uno dulce y otro salado. 

Y el mundo de la blogosfera conspira para publicar el último lunes de cada mes, su versión de estas recetas. En eso consiste el juego; el reto....de Tía Alia.




Si interpretar las recetas de algún que otro libro, o de una revista, resulta a veces complicado... no os quiero contar lo que viene a ser seguir las instrucciones de la tía de Carmen!
Quizá por eso, hasta hoy no me haya lanzado. Siempre hay margen para la interpretación, y para la improvisación.

Esta vez el reto dulce me pareció no sólo fácil sino muy apetecible! Ha sido un placer cocinar con Alia. Estos postrecitos los voy a hacer muchas veces en las próximas semanas. Aunque nos acompañe la lluvia y el gris del cielo, el rosa muselina y el rojo fresa..... van a estar muy presentes en mi mesa.




Ingredientes:

- 300 g de fresones o fresas.
- 200 g de azúcar.
- 100 cc de agua.
- 500 g de nata.


Preparación:

Montamos la nata y la reservamos en un bol en la nevera. Yo lo he hecho con la Thermomix en vel 3 y medio. La nata monta muy bien si el recipiente está muy frío y además la tenemos media hora antes en el congelador. A continuación trituramos las fresas con una batidora o en la Thermomix. En ésta última a vel 5 hasta que quede un puré homogéneo y sin trocitos. 

En un cazo ponemos el agua y el azúcar y dejamos que hierva y se haga almibar. Para ello, no hay que hacer nada sino esperar a que torne a un color ámbar muy claro.

Dejamos enfriar el almíbar y lo añadimos al puré de fresas. 




Lo reservamos y lo llevamos a la nevera. Esperamos a que esté a temperatura similar a la de la nata y entonces mezclamos con cuidado para que no se baje y quede una textura suave. 

La palabra muselina significa en cocina "puré muy fino y suave",  además de ser también una tela fina y transparente originaria de Irak.




Os prometo que me encantó esta textura, no es una mousse, es otra cosa. La tía Alia sugiere que la presentemos en unos moldes de papel, curiosa idea para un puré de fresa!!

Pero qué casualidad que tenía en casa unos ideales que le iban fenomenal; altos y duros como tarrinas de helados. Cuando los compré pensé en muffins o magdalenas, pero nunca se sabe como pueden acabar estas cosas. 





A continuación indica que lo pongamos a "helar" y yo así lo hice. Claro que no señala el tiempo, así que me entró la duda. Helar querrá decir helado?? O simplemente enfriar mucho??.

El misterioso recorte nos deja una pista, pues nos propone decorar este postre coqueto con un fresón como guinda! Así que.... pensé en esperar a que alcanzara el punto idóneo para mantener la cremosidad pero aumentar la consistencia con la ayuda del frío. 

Anduve sacando y metiendo uno de los vasitos hasta que hice "la prueba de la fresa" y se sostenía.




Puedo deciros que a este estadio llegué con una hora de congelador, pero que el postre no estaba para nada helado. Sí algo más sólido, pero esponjoso y tierno.

Lo probaré con otras frutas, ahora llegan las cerezas..... pues muy sencillo y fácil de preparar, y la verdad es que presentado en moldecitos de papel me encanta.

Esto último.... no se me hubiera ocurrido jamás!






Beatriz Tobegourmet.



Coca de cerezas con moscatel y romero. Receta.

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Hace tiempo que quería lanzarme con la coca. La coca es forma de preparar platos con gran tradición en la cocina mediterránea. Tiene la misma raíz que cake, en ingles, y surge como como forma de aprovechamiento de la masa de pan que no se había levado suficientemente. Es habitual en los hogares catalanes, y de eso puedo dar fe. La coca a los catalanes es como la pizza a los italianos.

Tuve un noviete catalán, y durante una buen época de mi vida me hinché a comer cocas, fantásticas por cierto. También me puse fina de crema catalana y de pasó aprendí el idioma que siempre es cultura y nunca está de más.

Por cierto también hablo italiano, pero no contaré más detalles al respecto más que he comido unas pastas estupendísimas, preparadas siempre al dente.




Las cocas que yo he probado siempre han sido saladas, si mal no recuerdo con escalivada, pero he sabido que también se preparan dulces, como la Coca de San Juan, que lleva fruta confitada. O la que os traigo hoy que es la coca de cerezas, típica de Reus, una ciudad que por cierto me encanta y que he visitado varias veces.




Lo cierto es que no he tenido demasiada intención de hacer coca hasta que ayer vi rodando por mi nevera unas cerezas que compré precipitadamente el otro día, no en mi frutería habitual... error! y resultaron no demasiado dulces.

Hace unas semanas había topado con esta receta de la coca de cereza en formato individual que es una presentación que me gustó mucho, así que vi claro que era el momento de estrenarme con el asunto de este icono alimenticio catalán.




Es ésta una receta bien sencilla de preparar y puede constituir una estupenda merienda, o un tentempié a media mañana. Yo preparé cuatro tartaletas como las que veis, así que os daré la formula para hacerlas que podéis duplicar o triplicar si es el caso.


Ingredientes:

- 15 g de levadura fresca.
- 50 g de agua tibia.
- Aove.
-3 cucharadas de azúcar.
- 100 g de cerezas.
- Un poco de romero fresco.
- 2 cucharadas de vino dulce. ( yo moscatel de Ochoa)
-Sal.




Preparación:

Nuestra primera tarea será lavar y deshuesar las cerezas, quizá convenga pesar más de 100 g porque es inevitable tomarse alguna durante el proceso y claro....

A continuación nos ponemos con la masa, como era poca cantidad y tenía día de "cocinillas", dejé de lado la Thermomix por darme el placer de amasar que de vez en cuando me encanta.

Así que en un bol colocamos la harina y el agua templada en la que hemos desleído la levadura.  Añadimos un chorrito de aove, la sal y el azúcar, y mezclamos con los dedos, limpitos claro, toqueteándola  amorosamente hasta que esté todo muy bien integrado.




Dejamos reposar la masa media hora cubierta por un paño húmedo en un sitio templado, o sin corrientes. Yo la meto en el horno sin temperatura. La masa ha de doblar su tamaño. Al sacarla hacemos 4 bolas tamaño pelota de golf, ping, pong, o cesta punta.... cada uno a su gusto... (el tamaño es el mismo...).

Extendemos con la ayuda de un rodillo, yo esta vez que estaba cocinando en plan muy primitivo lo hice con un vaso.  La adaptamos a la tartaleta, previamente untada de aceite y le damos forma con las yemas de los dedos por los bordes.




Solo nos falta ponerle las cerezas y espolvorear con azúcar y el romero fresco y troceado. Dejamos levar otros diez minutos fuera del horno mientras éste se precalienta a 200º y introducimos las cocas dentro.

Cuando haya pasado un ratito las sacamos y las rociamos con un poquito de vino dulce con ayuda de una brocha. Y de nuevo las dejamos dentro hasta que empiecen a verse un poquito doradas. El proceso ha de durar en total unos 20 o 25 minutos máximo.




El resultado es éste, una coca individual crujiente por fuera pero esponjosa por dentro. Aromatizada y dulce, con sabor a frutas y especias. Una combinación muy mediterránea. Muy buena!

Me he tomado una, y como en casa son un poco raritos y no hay ni catalanes, ni italianos, ni amantes de las cerezas, ni mucho menos de romero, me he quedado plantada con otras tres maravillosas cocas.... con lo monas que son!




Aviso pues para que se preparen mis vecinos y amigos, porque aunque haga un tiempo de horror, yo sigo en operación bikini y necesito tres familias adoptivas, para estas pequeñitas, que estén deseando hincarles el tenedor!

Mañana te toco el timbre y te anuncio "tengo una coca para tí".... espero que me recibas con buena disposición.... y luego me cuentas!





Beatriz Tobegourmet.


Receta de judías verdes con beicon.

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Desde que Miguel Martinez-Losa, de Casa Chuchi, me enseñó como cocinar las judías verdes perfectas, he redescubierto este vegetal que desde ahora, y ya por siempre, para mí queda elevado a la categoría de manjar.


Cocinar bien las judías verdes es algo que nunca me había planteado. Formaban parte de mi repertorio aburrido de menús de entre semana. Y aunque trataba de ilustrarlas con un buen sofrito, o con un caldo sabroso, no eran más que eso... un simple plato de verdura.







Aunque ya os he explicado los fundamentos básicos de una buena cocción de verduras a propósito de la presentación de la menestra de la semana pasada, vamos a centrarnos hoy en un plato exquisito y muy sencillo que es digno de ilustrar una señora mesa. 

Se trata de las judías verdes con beicon y huevo de corral. Este último ingrediente, el huevo, lo incorporé en el último momento como algo simbólico. Y os explico la historia.




Como bien saben mis lectores, hace cosa de dos semanas estuve con algunos compañeros bloggers en un showcooking en Barcelona patrocinado por Nestlé. Si os lo habéis perdido podéis verlo primero AQUI y luego AQUI.

Como ya dije entonces, tras el evento, algunos de nosotros estábamos ansiosos por conocer una tienda de la que nos había hablado Patricia y que teníamos al lado del hotel.

He acudido a cenas y comidas con compañeros, he cocinado con ellos, y he asistido a alguna que otra feria o congreso, pero nunca hasta entonces había vivido la experiencia de irnos juntos de compras en busca de props o atrezzos para el blog.




Teníais que vernos entrar todos en bloque y empezar a devorarlo todo con los ojos. Primero las estanterías y luego..... la cesta del vecino, ejem!

Manu se hizo con unos cubiertos antiguos ideales que fueron la envidia de todo el mundo porque ya no quedaban más. Podéis verlos AQUI.

Y creo que de algún modo fue "blogger shopper" de todas, pues al final acabamos comprando en bloque otra de sus adquisiciones. Una huevera preciosa. La que véis en la tercera foto. No sé que pensaría la dependienta que nos atendió en la caja. Cinco personas con cinco hueveras idénticas. ¿¿??




La de Manu apareció enseguida en acción luciendo unos huevos marrones, y luego vino la de Luisa con huevos blancos. Agotadas todas las variedades de huevo que estaba dispuesta a asumir, no practico con los de otras aves y de los de chocolate no es época, decidí presentar mi huevera en sociedad conteniendo estas ricas vainas.

Con la mía ya son tres, así que faltan dos por aparecer... y como me he empeñado en reunirlas de nuevo a todas en la red, cuando se "manifiesten" os las traeré a este mismo post, como anexo, para que convivan las cinco, juntitas para siempre, en un rincón del ciberespacio.





Ingredientes:

- 500 g de judía verde.
- 60 g de beicon.
- 1 huevo campero.
- 1 cucharada de sal.
- 1 cucharada de bicarbonato.
- aove.


Preparación:

Nos dejamos de historias de hueveras y nos centramos ya en el asunto de las judías verdes ideales, con color intenso, textura suave y sabor a huerta.

Lavamos las judías verdes y les quitamos un centímetro o dos de cada extremo. Como las vamos a cortar muy finas, en juliana, no es necesario retirarles los bordes, pero yo que soy muy maniatica con eso lo he hecho. Cortamos pues las judías en finas tiras y al mismo tiempo ponemos a calentar una cacerola con un litro de agua.

En el momento en que roma a hervir, y no antes, añadimos la sal y el bicarbonato para fijar la clorofila, y acto seguido la judía verde. Esperamos unos siete minutos, probamos, y si está cocina a nuestro gusto, seguramente con ese tiempo las encontraremos en su punto... las retiramos a un bol que contenga hielo con un poco de su propio jugo. De esta forma frenamos la cocción en el momento exacto.



Mientras, en una pequeña sartén salteamos el beicon cortado muy pequeño en un hilo de aove. Lo reservamos, retiramos el aceite usado con un papel de cocina y añadimos otro poco de aceite, lo justo para hacer el huevo revuelto.

Precalentamos el horno a 100º y vamos emplatando las judías verdes. Primero las escurrimos bien y las dejamos sobre papel absorbente y luego las vamos colocando sobre los platos. Nos saldrán unos cuatro; añadimos entonces un poco de beicon y un poco de huevo. Damos un golpe de calor en el horno a los platos, dos arriba y dos abajo. Calentamos también un poco del caldo de la cocción y lo presentamos en vasitos individuales por si alguien gusta de tomarlo más caldoso.

Con unos minutos será suficiente para llevar a la mesa unas deliciosas y sublimes judías verdes en su punto y sorprender a nuestros comensales con su color intenso y su textura fina y tierna.





Beatriz Tobegourmet.



Curso de masas, "Empanadilla de noche", y la teoría de la relatividad.

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Desde la noche del 31 de diciembre de 1985 no he vuelto a reirme nunca tanto a propósito de una empanada que se cocina en Madrid. 

No era la noche de fin de año, ni mucho menos, cuando nos reunimos algunas amigas bloggers con el pretexto de aprenderlo todo sobre las masas para empanada. Y nunca mejor dicho, pretexto, porque alguien conoce un curso que empiece a las 5 de la tarde y acabe a las 5 de la madrugada?






El 1 de enero de 1986 el IVA aparecía en nuestras vidas.... y como ha crecido desde entonces verdad?? Ni se quemó Mostoles, ni ninguna de nosotras tenía un hijo haciendo la mili en Algete, pero la noche del 1 de junio de 2013 era nuestra "noche de la empanadilla". 




Nuestra profesora, Marga, de La escuela de cocina Babette tuvo mucha más paciencia que la "Encarna de noche" del sketch del V'IVA 86.... pues hicimos méritos para sacarla de sus casillas desde el principio y sin embargo, lejos bizquear y padecer espasmos como Millán Salcedo bajo su peluca, nos ponía firmes con una sonrisa.

Desde entonces la cosa ya prometía. Teníamos mucho que contarnos, y la casa de Kuki invitaba a aprovechar para hacer el primer posado del verano, mientras la masa levaba en la nevera, o la cebolla se iba sofriendo.




Sede de la "noche de la empanadilla" resultó un escenario estupendo y acogedor que provocó la verificación del enunciado de Einstein en su teoría de la relatividad, donde espacio y tiempo tienen carácter relativo dependiendo del estado de movimiento del observador.

Nadie percibió el paso del tiempo aquella tarde/noche/madrugada que transcurrió dialogando en torno a sabores, recetas secretas, fotografía.... y la conveniencia de agregar manteca de cerdo para elevar a sublime la masa de una empanada.




En torno a las 6 de la tarde, y cual camarote de los hermanos Marx, aquella cocina fue invadida por un ejército de blogueras cocineras, fotógrafas y residentes en Madrid, salvo una que es muy animada y que no tiene problema alguno con eso que llaman la movilidad geográfica.

La cosa estuvo francamente animada. El personal aparecía y desaparecía de forma aleatoria; entrando y saliendo continuamente para tomar fotos, para ponerse al día, o incluso comentar los detalles de otras recetas que nada tenían que ver con las masas de empanada.




Nuestra profesora Marga lo consentía, muy sabia, porque conoce perfectamente la capacidad que tenemos las mujeres de hacer 8 cosas a la vez, pero su audiencia variaba constantemente; impartía sus teorías sobre las masas dulces y saladas mientras golpeaba su bola de harina y agua, siguiendo el método francés de amasado, para Tere, kuki y Carmen, y cuando levantaba la mirada de la encimare se encontraba con Concha, con Bea y conmigo.




Como en la uni, confiábamos en que todo viene en los apuntes, o le preguntábamos al de al lado. Fue total!. Y ella un sol como el que brilló toda la tarde. Cierto es que hubo picos de audiencia, en donde todas acudíamos en bloque y la rodeábamos con nuestros ojos despiertos y nuestras cámaras.

















En la foto, uno de los momentos en que a Marga le faltan 5 de sus alumnas, las que veis y la que fotografía para el posado "delantal y gafas de sol"; sólo comparable al mítico "chandal y tacones". 

Pero, como os digo, el tiempo y el espacio es relativo, así que estábamos a la vez aprendiendo y trabajando en la cocina.




Me apetecía francamente visitar mis amigas blogueras de Madrid; Carmen, Yolanda, Kuki y Cósima, que me alojó en su casa, insensata, sin ponderar los efectos colaterales que luego os contaré. Y conocer un poco más a la otra Carmen, de Yerbabuena en la cocina, porque tiene un blog precioso y es una mujer que admiro.

El plan anterior aderezado con una empanada hecha por una mujer gallega dispuesta a responder a cualquier duda o pregunta resultaba irresistible.




Tan irresistible como prolongar el encuentro que al final se concentró en 6 valientes que resistimos en pie hasta las, otra vez seis, de la madrugada.

Una de ellas Yolanda, que me gustaría hubierais podido ver en esta misma butaca tapada con una manta, al puro estilo nórdico, formando parte de una animada charla.




Cósima es otro ejemplo de la validez de la teoría de la relatividad. Para ella el espacio y el tiempo son tan elásticos y variables como para Einstein. Con lo cual, ese fin de semana, no dudó ni un momento en conducir 50 minutos para hacerme delirar con las mejores croquetas de Madrid, o desplazarse de una punta a otra del mapa para ir en busca de una envasadora al vacío.

Por cierto, que desconozco si Einstein ha escrito algo al respecto, y cual es su particular visión de por qué el tiempo se detiene para unas salchichas embutidas en un plástico.




La Señorita Piovasco podía haberse quedado en el asunto de la infraestructura aportando dormitorio con vistas, pero se empecinó en ser la mejor guía de Madrid gastronómico del mundo mundial, y recién aterrizada de su semana laboral, me esperaba ya en su famoso coche, que tiene vida propia por si no lo sabéis, dispuesta a colmar mi agenda del fin de semana con verdadero entusiasmo y gran éxito, como no podía ser de otra manera.

Así pues, el mismo viernes viví una intensa tarde de shopping que culminó con una fantástica cena en De María a la que también acudió Kuki Square.



Igual que en la fotografía, la velocidad de la luz y el tiempo influyen en la percepción de la realidad.

Si sincronizamos dos relojes con exactitud y uno de ellos se deja en la ladera del Everest y el otro se sube a la cima, se puede comprobar, según la teoría de la relatividad, que cuanto más se aleja el relój del centro de la tierra más deprisa va, pues la fuerza de la gravedad y la masa terrestre deforman el espacio tiempo con menos intensidad cuanto más lejos esté del origen del campo de estudio.

Estoy segura de que el restaurante De María de Mahadahonda está bien lejos del centro de la tierra, porque ni os imagináis la velocidad a la que nuestro relój alcanzó las 2 de la madrugada. Mejor nos hubiéramos ido a la punta del Everest a cenar, para que nos cundiera más. No me cabe duda de que Cósima se hubiera animado, estaba a darlo todo!!




La mañana del sábado, me llevó de excursión por las tiendas más tentadoras de Madrid, como la Tienda Americana, donde pecamos sin poder evitar la tentación.

Y luego me presentó el Madrid gastronómico y castizo, en la Plaza Mayor, con el mejor bocata de calamares del mundo sin duda en casa Rúa. Y después la incursión, necesaria dada mi tendencia gourmet que bien conocéis, en el Mercado de San Miguel.




Allí se produciría uno de los tres momentos estrella que Cósima me regaló en Madrid. "El momento ostras". 

La agitada mañana y el trasnoche del día anterior en De María, amenazaba con restarnos energía para el asunto empanada, pero llegamos puntuales, listas y preparadas para afrontar lo que nos ofreciera aquella fantástica tarde que disfrutamos a tope con gafas de sol y delantales, mantas para el frío en el porche y chascarrillos de bloggers.

Y no sólo eso, sino que como bien sabéis no tuvimos empacho alguno en culminar, ya no sé si decir la noche o el día, con un guiño a las casitas de muselina de fresa y frambuesa que Cósima había publicado hacía unos días en su blog y que me habían dejado impactada.




Me las presentó en forma de bombón, y me las comí junto a ella, las dos en pijama en la cocina de su casa, poco antes del amanecer. Una forma muy dulce de entregarme al sueño, decir hasta mañana y soñar con empanadas.....




El domingo irremediablemente debía volver a casa. Asumía que la mañana discurriría entre sábanas, equipajes y cafés para despejarme. Pero Cósima tenía otros planes para mí.

Aun me quedaban dos de los momentos estrella de mi viaje a Madrid. El "momento Blini" estaba cada vez más cerca.....




Como si las dimensiones de Madrid hubieran encogido y el tiempo se hubiera estirado..... Aparecí contra todo pronóstico en el Mercado de San Antón en el barrio de Chueca, el Soho madrileño, transportada por el coche fantástico de mi choferesa.

Parecía como si aun no me hubiera despertado y siguiera entregada al sueño cuando se me apareció el Blini con masa de siete semillas ( girasol, eneldo, amapola negra y amapola plana, lino, sésamo e hinojo) con sardina marinada, crema agria y huevas de mújol, una elaboración de cocina Báltica. Excepcional.

Y ahora mismo hubiera pensado que aquello fue en verdad un sueño de no ser que aun conservo la caja de La Alacena de Victor Montes donde yacían 8 croquetas de diferentes sabores como si fueran bombones.





Compartir croquetas con Cósima en el Mercado de San Antón a la extraña hora de las cuatro de la tarde del domingo, fue verdaderamente divertido. Cósima es divertida.

Nos las pedimos todas y las fuimos cortando en dos y jugando a adivinar su composición. Me llevé una muestra como souvenir de Madrid. 

Nuestra comida fue a la hora de la merienda. Al despertarnos en torno al mediodía, nos habíamos sentado las dos ante el ordenador con escasas horas de sueño a nuestras espaldas, sin preocuparnos por el desayuno pero con ganas de compartir  las cosas que sabíamos del mundo 2.0, de redes, de fotografía y de diseño de blogs. 




Mi último momento estrella lo viví a solas en una gasolinera. Y me explico porque dicho así suena un poco extraño.

Antes de emprender el viaje de vuelta, pasamos por Embassy, cerca de La Moraleja. Ultimo punto en la trepidante agenda que la Sta Piovasco había diseñado para su invitada sibarita. Allí me esperaban las tartaletas de limón más exquisitas y delicadas que jamás he probado. La especialidad de la casa. 

Cuando recogimos el paquete yo no lo sabía. 

Me despedí de Cósima con un abrazo sentido y con muchas ganas de volver a verla. A partir de ese momento, como en el cuento de cenicienta, mi choferesa se esfumaba y pasaba a convertirse en esta portada.




Me detuve en algún punto de la carretera en busca de una dosis de cafeína para mantenerme despierta al volante, y al regresar a mi asiento miré a la derecha y vi el paquete de Embassy.

No me puede resistir a abrirlo. Y allí fue, en aquella estación de servicio, viví mi tercer momento estrella, "el momento tartaleta". Mientras las saboreaba no estaba muy segura de en que nivel de la tierra me encontraba, si en una llanura de Castilla o en la cima del Everest, pero el tiempo corrió muy deprisa, y cuando quise darme cuenta mis 6 tartaletas eran una. No sé que paso en los cinco segundos en que cerré los ojos. Porque juraría que fueron 5 segundos... aunque quizá fuera un cuarto de hora.

No lo sé. 

El tiempo..... es relativo...... lo he comprobado hace unos días;  en Madrid.






Beatriz Tobegourmet.


Bizcocho de chocolate y anís helado, con crema inglesa. Receta.

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Este verano me veo encendiendo el horno para hacer helados. Si si... que a nadie le parezca raro. Parece que el calor viene y va sin intención de instalarse de forma definitiva. Así que entre tanto, me ha parecido ideal dejaros esta propuesta que tenía pendiente de hace tiempo.


Esto que veis es una bola del bizcocho de mi pastel de chocolate anisado que elaboré para el primer evento blogger de Nestlé Postres España.




Para elaborar dicho pastel había que partir de un bizcocho húmedo y cremoso, de chocolate con sabor a anís. Sublime he de decir.

Pero el pastel era de forma cilíndrica, y evidentemente sobraba la parte que no era utilizada y que se descartaba una vez compuesto con un aro metálico con la forma anterior.

Desde el primer momento, cuando pensaba en el pastel y en el aspecto que tendría, al considerar algo pequeño y geométrico era consciente de que debía de dar salida de alguna forma ingeniosa al resto que no iba a poder aprovechar. Y pensé en un bizcocho helado.




En efecto, si de una elaboración obtenemos 2 ó 3 pasteles, el resto lo vamos a congelar rápidamente y lo tendremos a nuestra disposición para preparar un delicioso postre de esos que tanto me gustan, postres que se pueden improvisar.

De esta forma, cuando nos surja una comida o una cena, sacamos una o dos horas antes nuestros recortes de bizcocho del congelador y preparamos rápidamente una crema inglesa, o si el tiempo se nos echa encima, podríamos pasar con unas natillas. El caso es aportar algo suave, líquido y fresco que contraste con la densidad del bizcocho que no se derretirá jamás.




Como es época de cerezas me ha parecido oportuno utilizarlas como colofón del postre. Aportando  un toque de color y algo de acidez, en un momento dado, que puede casar muy bien con el dulzor de la anterior combinación.




Ingredientes:


Para el bizcocho:

- 200g de chocolate para postres.
- 200 g de azúcar
-200 g de mantequilla.
- 7 estrellas de anís.
- 4 huevos.

Para la crema inglesa:

- 250 cc de leche entera.
-3 yemas de huevo.
-75 g de azúcar glass.
- Un cucharada de esencia de vainilla


- cerezas




La receta de este bizcocho la tenéis AQUI. Es la receta de la "delicia de chocolate anisada" que ha inspirado este postre que me parece rápido, sencillo y original.

Podéis hacer la receta completa y así disfrutar de las dos elaboraciones, aquella y ésta. O bien quedaros en lo básico y esencial para obtener el material necesario para estás ricas bolas de falso helado.




Otra opción es acompañar la bola de chocolate anisado con una mousse de chocolate blanco, tal y como se proponía en la receta original a la que os he remitido. Quedará espectacular; pero si recordáis hemos empezado hablando de postres que se preparan en un momento y es evidente que la crema de chocolate blanco nos iba a constar unos minutos que igual precisamos para otro asunto.

Lo dejo a vuestra elección, pero si no queréis complicaros la vida, podéis optar por la crema inglesa templada, que le dará un contraste genial, o recurrir a unas natillas industriales pero de calidad.

Un acierto en cualquiera de los casos!





Beatriz Tobegourmet.

Farfalle con crema de brandy prosciutto y manzana.

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Tengo el orgullo de presentaros una riquísima receta de pasta que creo me inventé hace más de diez años. Nunca la había compartido con vosotros, aunque desde que escribo en este espacio la he preparado muchas veces en casa.
Hoy la he presentado elegantona, pero de ordinario la hago con farfalle de supermercado y en ración más abundante. Me apetecía mucho acompañar a Paula a quien conocí hace unas semanas en un encuentro en Zaragoza, en su reto de pasta con el que celebra cuatro años como yo suelo decir cocinando para gente invisible.




Paula hace unas galletas decoradas increíbles, pero además cocina otras muchas cosas, como los polos de fresa que ayer lucía en su blog y que tenían un aspecto tan perfecto que parecían de cera.

Este es el logo que ha elegido para celebrar su trayectoria con un divertido concurso de pasta patrocinado por Homenaje a la cocina y Blume. Todos sabemos hacer pasta y es sin duda un pretexto fantástico para que, quien quiera, pueda participar. Si el concurso hubiera consistido en preparar por ejemplo; Solomillo Wellington, Paula lo siento, pero me hubiera limitado a felicitarte por teléfono.




Me ha parecido una casualidad genial que los colores del logo fueran tan a juego con mi plato de farfalle, ya sabéis que soy mucho de combinar colores, y que me importa bastante conjuntar las cosas.

No es que el logo me fuera a condicionar el plato, pero me ha encantado ver el amarillo de la manzana y el rosáceo del prosciutto. No contenta con esa alegoría del cartelito a los ingredientes de mi plato de pasta, he sentido la necesidad de armonizarlo aun más y me he propuesto presentarlo con los farfalle del esos mismos colores.




Como véis acudo a su propuesta en el último momento, soy muy del último momento, porque siempre voy volando a todas partes, pero llegar llego. Eso sí tenía el asunto muy pendiente y hasta el día de hoy me he venido deleitando con las elaboraciones de otros bloggers que también quieren aportar su propuesta. Hace un par de días ví una versión de pasta como postre, muy veraniega que me dejó prendada. La pasta da mucho juego.




Normalmente en casa los farfalle que utilizo son de alguna marca conocida y nunca los había hecho con pasta fresca. He de deciros que ha resultado sensacional.

No sólo por el sabor y textura que aporta una pasta de calidad, sino porque la imagen del plato tan bonito y colorido ha sido el preludio de una elaboración verdaderamente exquisita que no os deberíais perder bajo ningún concepto.

Está claro que una buena materia prima influye, desde luego, en el resultado final de una receta, la buena pasta y sobre todo el buen brandy; que combinado con la manzana es la clave del éxito de este plato que os va a encantar.

Pero también podéis prepararlo con los farfalle que utilicéis habitualmente y con el brandy que tengáis en la cocina. El resultado seguirá siendo buenísimo.




Ingredientes:

- 1 cebolla pequeña.
- 40 g de mantequilla.
-1 loncha de jamón york no muy fina.
-1 manzana pequeña
- 200 c de nata líquida.
- Un chorro de brandy de calidad.
-125 g de farfalle de colores.
- sal


Preparación:

En primer lugar cortamos la cebolla muy pequeñita y la pochamos lentamente en una sartén con la mantequilla. Entre tanto vamos cortando en juliana la loncha de jamón de york, es decir en tiras muy finas como si fueran tallarines. Los reservamos y troceamos la manzana en cuadraditos muy pequeños.

Cuando la cebolla esté tierna, añadimos la manzana y la dejamos aproximadamente 10 minutos, hasta que esté tierna. A continuación incorporamos la nata, el brandy (yo Gran Duque de Alba Gran Reserva) y la sal y dejamos un ratito hasta que reduzca.

Por otro lado cocemos la pasta en 1 litro de agua con una cucharada de sal, que añadiremos rompa a hervir. Con unos 5 ó 7 minutos será suficiente.




Quiero explicaros para que lo hagáis con éxito, como se cuece la pasta de colores, sin que pierdan intensidad. Se trata simplemente de no dejarla excesivo tiempo en el agua, a más tiempo, los colores empezarían a clarear o a suavizarse y esto no nos debe pasar, sería una pena, porque es el atractivo, al menos en casos como éste, que hace que se diferencie un plato.

En una sartén pequeña con un hilo de aceite salteamos los tallarines de jamón hasta que estén un poco tostados.




En casa suelo incorporar el jamón en el mismo momento que la manzana, pero por la estética del emplatado los he cocinado a parte para poder presentarlos a un lado, con unos pedacitos de la manzana confitada en mantequilla como veis.

Así para emplatar, colocamos en primer lugar la crema al brandy, y sobre ella unos cuantos farfalle alternando los colores manzana y prosciutto. A un lado los tallarines de jamón y unos trocitos de manzana.

Contemplamos unos minutos el plato para comérnoslo también un poco con la vista, y al ataque! Mezclamos todo y saboreamos. Os sorprendera!





Beatriz Tobegourmet.



Espárragos naturales con vitola de oro, trufa y su mousse. Receta.

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Hace unos días preparé mi últimos espárragos naturales. Los de junio no son de mi gusto, prefiero los de mayo o los de abril. Les quise hacer una ilustre despedida; el espárrago blanco es un manjar con el que la naturaleza nos deleita escasos meses al año.





Disponía de unas láminas de oro fino comestible de 22 quilates por gentileza de Orogourmet que venía reservando desde hace tiempo para alguna elaboración especial.

Me pareció alegórico y apropiado unir el oro rojo y oro blanco; el espárrago, y así fue como pensé en presentarlos juntos en un plato.




Desde hace cientos de años algunas culturas han codiciado el oro no sólo por su brillo y pureza sino por su significado en la alimentación; el acto simbólico de ingerir un material precioso.

En el antiguo Egipto se fabricaban panes de forma cónica que contenían oro en polvo y a los que se les concedía un importante significado religioso. En el Lejano Oriente además de como alimento, espolvoreado sobre las viandas, llegó a emplearse como medicina.

En los banquetes del Medievo y del Renacimiento no podía faltar el oro que ornaba esculturas hechas de mazapán y formaba parte de una extensa variedad de postres.




En la actualidad el uso del oro a entrado a formar parte de la alta gastronomía; los mejores chefs a nivel mundial utilizan el oro comestible para decorar los platos más exquisitos y selectos.

Mamen Martínez Pérez Sevilla, está al frente de la firma Orogourmet (Golden International Distribution S.L.) haciendo posible que platos como el que os presento puedan ser una realidad y no un sueño. Esta empresa posee cuatro líneas en oro y plata; gourmet, profesional, industrial y personalizada.

La línea gourmet  además de ofrecer los packs de láminas de oro de 5x5 de oro fino de 23 quilates,  tiene dosificadores de metacrilato de oro fino comestible en copos que me parecieron ideal para regalo.




Quien puede resistirse ante un plato como éste? El mundo del oro comestible está al alcance de cualquiera y no sólo de los grandes chefs y sofisticados restaurantes, así que si un día tengo algo muy especial que celebrar o algún invitado a quien quiera sorprender de verdad, ya conozco la fórmula para conseguirlo.

Confieso que cuando tuve el oro en mis manos enseguida pensé en dulce, en chocolate, pero luego recordé una cena, este invierno, en el restaurante Rodero donde lo había tomado con setas, podéis verlo AQUI. Entonces pensé en clave de salado y diseñe mis espárragos naturales con vitola de oro, trufa y su mousse.




Este plato está compuesto por espárragos en dos texturas y no es algo ocasional que los presente así. En primavera los espárragos naturales están en casa de forma habitual. A veces los hago enteros y los aliño con un hilo de aceite; bien hechos y de buena calidad, son increíbles.

Pero también es habitual que haga los parta por la mitad y prepare por un lado las yemas, para tomar sólas y reserve los tallos para hacer una crema a la que añado simplemente leche y un poco de mantequilla.

En este caso, he hecho algo parecido. Tras retirar la parte dura del final; he reservado dos tercios del espárrago para simular un codiciado "habano", y con el tercio restante he preparado una crema densa que he procedido a montar con nata. 




Ingredientes:

- 12 espárragos frescos.
- 200 g de nata 35% mg
- trufa rallada.
- 6 pistachos
- 4 láminas de oro comestible.
- 180 cc de leche entera
-sal.

Preparación:

He pensado en platos de tres espárragos para cuatro personas, pero pueden ser de dos. Cortamos la parte dura de los espárragos. Los pelamos con un pelador de patatas descendiendo desde la punta al tallo y con cuidado de que queden proporcionados e iguales. Reservamos 1/3 de cada uno para la crema, y el resto los cocemos durante 15 minutos en agua salada y azúcar en proporción de mitad y mitad. Los reservamos.

Hacemos la crema cociendo las puntas en la leche con un poco de sal durante 20 ó 30 minutos hasta que estén tiernas. Las trituramos, pasamos por el chino, y reservamos en el frigo. 

A continuación montamos la nata con un poco de azúcar, aconsejo que previamente haya estado refrigerada; se monta  mejor. Una vez la nata esté montada separamos la cantidad que veamos que vamos a necesitar para los platos, puede que nos sobre un poco y añadimos con mucho cuidado un poco de la crema de espárragos como veis arriba; quizá también nos sobre. 




Si añadimos demasiada crema la nata puede bajar, un poco será suficiente, pues el espárrago, al igual que el chocolate, es de sabor muy intenso. La foto indica la cantidad para una ración.

Colocamos los espárragos en el plato y con sumo cuidado incorporamos la lámina de oro sobre ellos. Para hacerlo frotamos el pincel aplicador sobre el papel y la lámina se verá atraída hacia él por electricidad estática. Es una operación delicada, la lámina se puede arrugar o quebrar, hace falta diligencia y un poquito de paciencia. 

A un lado un poco de mousse de espárrago sobre la que espolvoreamos la trufa, y como punto crujiente  picamos los pistachos y los soltamos sobre el plato.

Sobran las palabras.....






Beatriz Tobegourmet.


Ravioli de albaricoque y foie. Receta de pasta fresca.

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Los martes de #Masterchef están dando mucho de sí. A parte de disfrutar con un grupo de twiter donde se van comentando las cosas que van pasando, con gran dosis de humor, Carmen no se puede resistir, y nos va provocando con los famosos #diasde. El de hoy es el #diadelapastafrescarellena, en honor al ravioli de Clara concursante y compañera bloguera. 

Os recomiendo que os paséis por su blog Mis Migas, donde ya venía cocinando estupendamente antes de saltar al mundo de la televisión y la fama. Además estos días está posteando a cerca de su experiencia en el programa así que si te has quedado con ganas de más... ya sabes!




Nunca hasta ahora había hecho pasta fresca, ni tengo el famoso aparatito ad hoc. Pero eso no me ha echado para atrás en absoluto, es más, me ha parecido fantástico hacerlo a la antigua usanza, y me he encontrado encantada transportándome en el tiempo o en el espacio a la Italia profunda de la nonna y la mamma.

Si mi noviete italiano de juventud me viera alucinaría conmigo!! Cuando le conocí sólo sabía hacer croquetas y por supuesto empanadas, pero pasta fresca!!! ni pensar!!!




Me decidí por un ravioli gigante, para una sóla persona, primero cocido y luego tostado. Lo rellené de foie y albaricoque y le añadí una salsa de queso gorgonzola-mascarpone y pistacho.

Si bien el formato de la pasta rellena lo tenía bien claro, el resto de los ingredientes han sido fruto de la casualidad y de las circunstancias. Por ejemplo el abaricoque;  nunca suelo tenerlos en casa, pero recibí hace unos días una caja de fruta ecológica de Freshvana, fantástica por cierto, y contaba con media docena.

El foie y el queso gorgonzola-mascarpone, son producto de mis compras en Francia este fin de semana. Y los pistachos me habían sobrado de la receta de espárragos que publiqué el lunes.




Con lo anterior me puse manos a la obra, pensando en realizar un plato delicioso de pasta rellena. Así que vamos a ver como se hace la pasta fresca en casa.

Ingredientes:

- 200 g de harina de fuerza ( yo Santa Rita de Gran Fuerza )
- 2 huevos L
- 1 cucharada de aove.
- sal


- foie micuit 100g.
- 3 albaricoques.
- 2 cucharadas de azúcar.
- 1 cucharada de mantequilla.


Preparación:

No niego que si hubiera tenido que preparar el doble o el triple de pasta me hubiera ayudado de la Thermomix para amasar, pero en este caso que quería obtener unos 6 raviolis, preferí hacerlo a mano. Es que no sé si os lo he confesado alguna vez, pero me encanta amasar. Deben de ser reminiscencias de la infancia, pero me veo transportada a la clase de pretecnología haciendo plastilina.

En un bol ponemos la harina, los huevos, el aove y la sal. Amasamos hasta obtener una masa uniforme y que no se pegue en las manos. Si ésto ocurre le añadimos un poco más de harina. 

Reservamos la masa hecha una bola envuelta en film transparente y guardamos en la nevera durante una hora.

Mientras preparamos el relleno. En una sartén ponemos la mantequilla y añadimos el abaricoque en trocitos y el azúcar y aplastamos con un tenedor mientras se va reblandeciendo con el calor. Lo dejamos enfriar. Cortamos trocitos pequeños de foie y reservamos para el momento de montar los ravioli.





Sacamos la masa de la nevera y la extendemos con un rodillo sobre una superficie enharinada, dando varias pasadas para que quede bien fina. Si nos resulta más cómodo dividimos la masa en tres y hacemos tres láminas planas. No hace falta que sean perfectas porque luego las vamos a recortar.

Quizá haya que enharinar el rodillo alguna vez, el caso es que la masa quede con aspecto de seca, y fina como un papiro.

Yo he cortado los cuadrados, he colocado en el centro el relleno; primero el abaricoque y encima el foie y luego he situado otro cuadrado encima. Lo he aplastado bien con los dedos y le he vuelto a pasar el cortador, reduciendo un poco el tamaño para conseguir un acabado perfecto.

Luego dejamos los raviolis secar durante una o dos horas sobre una rejilla, aunque este paso es prescindible.




Mientras se seca la pasta preparamos la salsa. En la foto de arriba ya está completamente seca como se puede comprobar.


Ingredientes:

- 200 de nata 18% mg.
- 50 g de queso gorgonzola-mascarpone.
- 1 paquete de pistachos.
-sal


Preparación:

En una sartén llevamos la nata a ebullición, en ese momento añadimos el queso y removemos hasta que se deshaga, salamos a gusto y dejamos reducir unos diez minutos. Picamos los pistachos en un mortero y reservamos.




Cocemos los raviolis en una cacerola con bastante agua, un poco de aove y sal. Y los dejamos unos 5 minutos, no más! Los reservamos escurridos. Y en una sartén los salteamos en un hilo de aceite para conseguir que queden más tersos y crujientes. Este paso es prescindible, pero a mí me gustaba hacerlo así. Con dos ó tres minutos basta.

Emplatamos colocando debajo la salsa de queso, encima el ravioli y espolvoreamos el pistacho fresco y crujiente por encima.




Creo que me he pasado de minimalista, porque tras engullir de un bocado esta maravilla de ravioli hubiera continuado con los otros cinco platos. Creo así que puede ser un entrante caliente para una cena de varios platos. El ravioli lo podemos tener cocido y preparado del día anterior. Se conserva muy bien rociado con algo de aceite. Luego bastaría como he dicho antes con tostarlo un poco. Añadir la salsa que también se puede dejar preparada con antelación y servir en la mesa con el pistacho espovoreado.

También admite, otros frutos secos, pero a mí me encanta ver ese color verde!




El corte del ravioli es un espectáculo. Quizá aquí no se aprecie bien, pero el albaricoque fluye dulce desde dentro para encontrarse con la salsa de queso, aunque a la vez es el complemento ideal del foie. 

Delicioso de verdad!





Beatriz Tobegourmet.



Éclairs rellenos de nata y cerezas.

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Llevo algo más de un año entretenida entre tartas, merengues, cupcakes ... y el lunes asisto feliz a un curso de macarons invitada por mi amiga Isabella de L'Atellier de Isabella. Y lo cierto es que éstas han sido mis coordenadas hasta el día de hoy. 

Sin embargo, hay algo dulce muy unido a mi infancia, que pasé muy próxima a Francia; el éclair. Un pastel delicioso que tiene mil formas y sabores. Y que en casa comíamos casi todos los domingos como postre, elaborado por alguna de las maravillosas pastelerías de San Sebastián.





Mi querida Carla Royo Villanova; nos seguimos en twitter e interactuamos también a través de su grupo de facebook, nos ha animado través de su web, a sorprenderla con una receta dulce o con un truco de belleza. Lo mío es más lo primero que lo segundo así que...

Me apetecía mucho participar y hacerle algo rosa y muy chic. Pensé entonces en los maravillosos éclair, y decidí presentarme con éste tan ideal de nata y cerezas, con glasa color de rosa, y que me acabo de inventar.




Eclairs he comido muchos, pero jamás hechos por mí misma. Mis preferidos siempre fueron los blancos rellenos de crema, me daba igual en tamaño petit choux o mini éclair, o en su forma tradicional, que es la que vamos a ver aquí. El término éclair se traduce como rayo o relámpago por su forma alargada y delgada, su receta es a base de pasta choux; una masa muy ligera ideal para rellenar.

Es una de las únicas masas que se preparan en caliente, de ahí probablemente su nombre "pâte à chaud"  que significa precisamente eso: masa en caliente.




El mundo de los éclairs es comparable al de los Macarons, una vez dominamos la técnica, se nos abre un mundo de posibilidades, sabores y colores. A tal efecto no dudé en hacerme con un libro que me enseñara a conseguir el pastel perfecto. Y como buena alumna que siempre he sido, me lo he leído de arriba a abajo antes de ponerme el delantal.




Creo que esta foto da fe de lo "al pie de la letra" que he seguido los dictados de Marianne; una abogada como yo, que acabó rendida ante el mundo de la cocina, y que a diferencia de mí, obtuvo un título de chef profesional y se ha consagrado a la escritura de libros de cocina, obteniendo en 2.007 el "Premio al mejor libro de postres del mundo" otorgado por Gourmand Cookbook Award. ........ en fin.... todo se andará.





Ingredientes para la pasta choux:

- 80 cc de leche entera.
- 80 cc de agua.
- 70 g de mantequilla.
- 100 de harina (yo Santa Rita )
- 10 g de azúcar.
- 2 huevos L.
- Una pizca de sal.


Preparación:

En un cazo ponemos a calentar la leche con el agua, el azúcar, la sal y la mantequilla. Cuando hierva retiramos del fuego y añadimos rápidamente la harina toda de golpe. Removemos con una cuchara de madera o una espátula hasta que la masa quede integrada y uniforme. Una vez conseguido, procedemos a "secar" la masa. Esto se consigue volviendo a colocar el cazo en el fuego y removiendo a la vez para que no se pegue durante un minuto o minuto y medio. Seguramente tendremos que ponerlo y quitarlo.

Pasamos la masa a un bol y tras esperar unos minutos a que temple, añadimos un huevo batido y con unas varillas eléctricas lo mezclamos. Tenemos el otro huevo preparado y comenzamos a dejarlo caer y batir poco a poco hasta que veamos que encontramos el punto perfecto de pasta choux.

Este punto es ese el que la masa no cae de la cuchara aunque resbala ligeramente, como en la foto.




Si agregamos el segundo huevo entero o no, depende se si alcanzamos o no éste punto. Pues en cuanto esté logrado, no hará falta añadir nada más.

Son muchos los consejos que se pueden dar para conseguir la pasta perfecta para un éclair, pero por hoy creo que nos vamos a quedar con lo esencial.

Precalentamos el horno a 160º (el libro pone 150ª, pero yo conozco mi horno y sé que necesita esos diez graditos más). Es a la temperatura a la que vamos a cocer nuestros éclairs durante una hora. Si, una hora.

Los colocaremos en una bandeja con papel sulfurizado, formando líneas de unos 14 cm. Para ello insertamos la masa en una manga pastelera, con boquilla de 20 mm de diámetro, o sin boquilla haced un corte en la manga deshechable que sea equivalente. Así conseguimos la forma clásica llamada "de Palo de Jacob".




Durante el tiempo de horneado habremos preparado el relleno y la glasa para cubrirlos. Para el relleno:


Ingredientes:

- 200 cc de nata 35% mg muy fría.
- 2 cucharadas de azúcar.
- 100 g de cerezas.
- 50 g de azúcar.

Preparación:

En un cazo ponemos las cerezas deshuesadas con el azúcar y las llevamos a ebullición, luego bajamos el fuego y machacamos con un tenedor mientras las dejamos reducir unos diez minutos más. Reservamos.

Montamos la nata con unas varillas mientras vamos incorporando poco a poco el azúcar y la pasamos a una manga pastelera.




Abrimos los éclairs en dos mitades y rellenamos la de abajo con la nata. Para la parte superior prepararemos una glasa con batiendo una clara de huevo con 150 g de azúcar lustre con varillas durante 10 minutos. Luego añadimos una cucharada de agua para aligerarla y finalmente un punto de colorante rosa. AQUI  podéis verlo con más detalle. 

Esta bonita glasa rosa se aplica fácilmente con una cuchara, aunque los más puristas aconsejan "mojar" el éclair en la glasa y luego darle la vuelta. Hop! Cuidado porque se seca muy rápidamente y luego no la podremos manipular de forma que nos quede absolutamente lisa; hay que removerla constantemente allá donde la tengamos mientras estamos en el proceso de aplicarla.

Por cierto... sabíais que el éclair formó parte de uno de los postres que se sirvieron en la última cena del titanic? Era una cena en honor a la cocina francesa.




Para culminar con nuestro pastel, colocamos en tres puntos un poco de la mermelada de cereza que hemos preparado sobre la nata; es un contrapunto ideal para el dulzor del éclair.

Y ahora viene el asunto del emplatado que en este caso presenta dos opciones. O bien lo dejamos tal cual, abierto para que el comensal lo disfrute con la vista y lo coma por partes, o de la forma tradicional poniendo una parte sobre otra.

O bien lo servimos como un éclair de toda la vida. Adornado como no, esta vez, con una rosa mini. Creo que yo lo prefiero así, y descubrir después en cada bocado el toque de fruta como de repente.

Importante! qué sepáis que en Francia el 22 de junio se celebra el "Día del Eclair de Chocolate"; así que....

Ya sabéis!!





Beatriz Tobegourmet.


Tarta de albaricoque y caramelo. Receta.

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Me estoy aficionando a estas tartas de frutas cubiertas de caramelo. Hace no mucho os traía la receta de la tarta de pera y plátano, que es una de mis favoritas, y hoy os enseño cómo hacer una tarta de albaricoque exquisita.
No precisa más que media hora de horno, así que no hay disculpa. Sé que muchos lo dejáis casi en off hasta septiembre, pero en verano no todo van a ser helados...




La masa es fina y esponjosa. Una tarta que encuentro ideal para acompañar un café o un zumo fresco a media tarde, y que puede ser un final perfecto, en pequeñas porciones, para una cena en la terraza.

Como podéis ver las he adornado con unas flores de lavanda. Tengo que decir que el lila es un color que no me gusta nada. No encontraréis nada en mi armario de ese color. Bueno... ahora que lo pienso, tengo unas pretty ballerinas de terciopelo... pero es un lila empolvado precioso.




Sin embargo, en la flor de la lavanda me encanta, y también me gusta ver este tono en los pensamientos de invierno.

Esta tarta recuerda en su estética a la tarta de manzana. Sin embargo, el gajo de albaricoque es mucho más pequeño, el sabor es un punto más amargo, pero compensado por el caramelo hace de esta tarta un postre perfecto.




Ingredientes:

- 5 albaricoques.
- 150 g de azúcar para caramelizar.
- 150 g de mantequilla punto pomada.
- 2 huevos L.
- Otros 100 g de azúcar.
- 1 sobre de levadura química.

- 150 g de harina (Yo Santa Rita especial bizcochos y magdalenas).
- Sal.



Preparación:

En un cazo hacemos un caramelo dejando al fuego 150 g de azúcar con tres cucharadas de agua. Cuando se torne tostado y fluido lo retiramos y lo vertemos sobre el molde de la tarta. Yo he utilizado uno cuadrado porque me parecía más fácil colocar después la fruta alineada, pero podéis hacerlo  en uno redondo.

Lavamos bien los albaricoques, los cortamos en dos, y como si fuera un aguacate, giramos con las manos cada mitad hasta separalas y dejar a la vista el hueso que retiraremos con una cuchara.




Los cortamos en rodajas y las vamos colocando de forma que cubramos la superficie de la tarta. Si el caramelo que hay debajo se ha quedado absolutamente sólido, por el contraste con la temperatura fría del molde, no hay ningún problema, luego se derretirá en el horno.

A continuación en un bol con varillas, o con la Thermomix, batimos la mantequilla con el azúcar restante. Luego añadimos los huevos uno a uno y batimos de nuevo, y finalmente incorporamos la harina tamizada previamente, en varias veces, la levadura y la sal, y lo vamos mezclando hasta obtener una pasta que procederemos a extender sobre la capa de albaricoque.




Introducimos la tarta en el horno precalentado a 180º y la tenemos unos 25 ó 30 minutos. Cuando veamos que la superficie está levemente tostada estará lista.

Entonces la dejamos enfriar y la desmoldamos dándole la vuelta, de forma que la fruta y el caramelo quede a la vista.




En mi caso, he utilizado un molde con el que estoy encantada, ya que la parte inferior es independiente del contorno y con tan sólo empujarla hacia arriba la tarta se desmolda sola. Os recomiendo mucho ese tipo de moldes son muy prácticos y muy cómodos. 

Si observáis atentamente la foto donde aparecen las láminas de albaricoque podéis apreciar que la parte de abajo es independiente del resto, ya que se adivina su contorno sobre todo por el lado izquierdo.




Debo confesar que toda ayuda o ventaja que pueda encontrar para desmoldar con garantías es siempre bienvenida. El momento de sacar una tarta o pastel de ese lugar donde está perfectamente encajado me resulta muchas veces una aventura y no siempre con final feliz.

Y por otra parte es una satisfacción enorme observar la perfección con la que a veces se desarrolla la operación, que siempre me recordará de forma inevitable a aquellos momentos de castillos en la arena.

Qué rabia daba cuando se venían abajo! y qué ilusión cuando quedaban en pie y perfectos!!




No imaginaba entonces que más de cuarenta veranos después desmoldaría tartas de albaricoque con caramelo en una ciudad sin playa. 

Pero la sensación sigue siendo la misma, o muy parecida porque para mí .....

La cocina es como un juego.







Beatriz Tobegourmet.



Un verano polar. Las mejores recetas.

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Después de una extraña y fría primavera me pregunto cómo será este verano. Los que vivimos más bien en el norte seguimos un poco descolocados y estamos un poco a verlas venir.... los telediarios nos amenazan con bruscas bajadas de las temperaturas como si estuviéramos en el mes de marzo.

En septiembre del año pasado publiqué un post al que llamé bye bye summer; recopilando las mejores recetas de helados que encontré en el ciberespacio.

Este año dudo entre no perder la esperanza, o decir desde ya mismo bye bye summer..... 

Por si acaso, he decidido adelantar mi selección no vaya a ser que se nos aparezca el otoño en pleno mes de agosto como quien no quiere la cosa. 

Y hoy os traigo los polos o ice pops más apetecibles de la blogosfera; empezando por estos de cereza y lima de Skinnytaste. Intuyo que ha de ser una combinación exquisita y si las circunstancias me lo permiten serán los primeros que haga.




El siguiente puede ser éste de Martha Stewart, una fenómena que ha bautizado esta maravilla como polo de ensalada de frutas. Si eres blogger tienes que conocer a Martha Stewart y si no, te lo estás perdiendo.

Esta mujer estadounidense; empresaria y presentadora de TV exhibe los ice pops más irresistibles que he podido encontrar.




Como éstos... exclusivamente para adultos; con licor de frambuesas Chambord, yogur griego, néctar de albaricoque, zumo de uva, vainilla, y limonada.... que ella llama Striped ice pops.




O éstos otros.... que obtienen los colores rojo, blanco y azúl de las fresas, el yogur, y los arándanos. Son los Firecraker ice pops. Increíbles!!

Sí, ya sé que las recetas están en inglés, pero para quien no sepa el idioma, además de ser fácilmente intuíbles o traducibles, pueden ser absolutamente una buena fuente de inspiración.

Por otra parte, esta colección de recetas polares resulta totalmente compatible con el sector de lectores, o mejor dicho, oteadores, que me visitáis a diario simplemente para regalaros la vista, o para tomar ideas, sin entrar en detalles.

Yo también soy un poco oteadora; no siempre puedo permitirme leer todo el texto de cada receta que curioseo. Algunas las analizo, otras las ejecuto, algunas me las guardo para más tarde, y muchas me relaja verlas como si me fuera a un spa.




Como ésta imagen con fondo azul piscina que corresponde a los Strawberry Shortcake ice pops de Bakers Royale. Hechos con  puré de fresas y Oreos de vainilla. Me encantan! Esta es de las que me guardo para más tarde.

Y para más tarde no, para siempre.... quedará flotando en la red esta receta de Polo de limonada de frambuesa que pertenece a un blog que no se si ya no existe o si está congelado.




Hace poco leí que la mayoría de los blogs que nacen desaparecen antes del año. Así que si has superado esta barrera estás de enhorabuena, puede que lo tuyo y el blog sea un relación que va en serio.    

Lo cierto es que aunque este polo parece yacer en un depósito de cadáveres para helados me resultó tremendamente atractivo. No sé qué tiene pero me encanta mirarlo. Creo que hasta he conseguido derretirlo con la vista. Lo firma La cocina de Tina




Y por si alguien no la conoce, que lo dudo mucho, os traigo a SandeeA y una de las numerosas propuestas que ha publicado en su blog La receta de la felicidad, uno de mis favoritos. Son los Barras y estrellas de manzana, leche, fresas y licor blue tropic. Super atractivos y preparados con un invento para hacer polos que se llama Quick pop maker y es de Zoku.

En su post SandeeA muestra varias opciones de polos obtenidas a partir de la maquinita en cuestión. Un buen análisis del invento para que todos aquellos que puedan estar interesados en adquirirlo puedan valorar si les resulta o no interesante.




La verdad es que si a una conclusión clara he llegado tras este rastreo polar, es que  el color rojo es el absoluto protagonista en el mundo del ice pop.

Estos que posan como el ying y el yang son de frutas rojas y menta fresca y los encontramos en The year in food; con unas imágenes preciosas la fotógrafa culinaria Kimberley Hasselbrink capta perfectamente la frescura y la esencia de este apetitoso postre helado.




Os atrevéis con uno de mojito y moras?!!

Es el Blackberry mojito ice pop de White on rice couple . Ideal para terminar el día, o la noche..... con   copas heladas....

Redbook Magazine nos ofrece esta colección a modo de barra libre, para que escojas el que más te guste. Si habéis echado en falta algún sabor es probable que lo encontréis en esta selección; de limonada y vodka, de mora, curacao y melón, piña colada, sandía y mora....




Para el final me he reservado uno de los más refrescantes sin duda, y es este impresionante polo de menta y melón de Hungry girl por la vida, que me ha dejado muerta cuando lo he visto. El melón es mi fruta favorita y no se lo que ha de ser en forma de polo, pero imagino que alucinante. 

Aquí acaba mi paseo helado. Espero que lo hayáis disfrutado, y os haya servido de inspiración, para este verano.... 

O en su defecto.... para el siguiente!





Beatriz Tobegourmet.


Como hacer el macaron perfecto, paso a paso.

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Mi primer encuentro con el macaron fue hace bastantes años en París. Pasaba unos días en casa de un familiar y una noche dio una cena para gente importante. En aquella cena alguien apareció con una caja  monísima de Ladureé. Me fascinó el colorido de aquellos dulces y sus innumerables sabores. En aquel momento lo único que no no me encajaba era el nombre "macagón", aunque por su erre afrancesada sonaba muy chic. Por aquel entonces en nuestro país era un total desconocido.

Mi última cita con el macaron fue este lunes en L'ATELIER DE ISABELLA, una tienda ideal en la calle Perez Galdós, donde Isabella organizó un taller para aprender a hacer macarons.... como los de Ladureé.





Isabella Loro, es una mujer joven y emprendedora que lleva cinco años formándose en diferentes técnicas de la pastelería creativa realizando cursos con referentes como lo son Alma Obregón, o Patricia Arribálzaga de Cakes Haute Couture; una de las cake designers más importantes de Europa.

Especilizada en Diseño y decoración de tartas, cupcakes, flores en pasta de goma y cookies, a Isabella no podía pasársele por alto el elegante macaron. Y esta semana ha ofrecido el primer taller de macarons en su espacio multidisciplinar; L'Atelier de Isabella, donde imparte cursos de todo tipo de pastelería creativa y próximamente también de repostería tradicional, además de ofrecer asesoramiento a todos sus clientes.

Una vez al mes, quiere poner al alcance del público de a pie una master class impartida por conocidos expertos del mundo de la repostería creativa.




La tienda de Isabella es "toda comestible" como me gusta decir a mí de algo irresistible a la vista. Ante su escaparate se detienen cientos de personas al día observando la delicadeza de los objetos que la visten, los colores pastel, las tacitas inglesas, los mug, las campanas para preservar los plumcakes, las bandejas de flores liberty..... 

Es como si nos hubieran traído un trocito de Londres a la ciudad de los logroñitas.




Un escenario ideal para mi reencuentro oficial, fuera de mis coqueteos cada vez que viajo a Francia, con el señor macaron. 

La última vez que contactamos fue unas navidades; por aquel entonces el escaparate de Ladureé exhibía sus piezas en oro y plata y en Fauchon, que también me encanta, pequé con especial vehemencia. Podéis verlo AQUI.




Sé que estáis deseando que cumpla con el título que encabeza éste post y me lance de una vez a explicaros cómo conseguir un macaron perfecto y no os voy a hacer esperar mucho más, sólo os diré que por un lado está la receta, y por otro, los tips o consejos que no vamos a encontrar en los libros o recetas, sino cocinando al lado de alguien mientras los hace, observando las texturas, tocando, sintiendo con los dedos, mirando.

Trataré en cualquier caso de reproducir aquí todo lo que alcancé a conocer aquella tarde de lunes lluvioso junto a otras 6 alumnas y Anita, en petit comité, dirigidos por Isabella en su Atelier. Y que de esta forma podáis tener sobre vuestra mesa un colorido e irresistible bouquet de macarons.





     LA RECETA:

Ingredientes:

- 60 g de clara de huevos.
- 80 g de almendra en polvo.
- 80 g de azúcar glas.
- 70 g de azúcar.
- 20 g de agua.
- colorantes en gel

Respecto de los ingredientes; la almendra en polvo que usamos fue la de la marca blanca de Mercadona y quedó genial. Las claras eran de huevos frescos, nada de claras pasteurizadas, y de tamaño L. Estas vienen a pesar unos 40 g. Así que podemos usar dos huevos, que serían 80 g y desechar 20.

El azúcar glas ha de ser el que ser comercializa, no sirve hacerlo en casa, es diferente. Usamos el de Azucarera. Ojo con los colorantes, los de supermercado no sirven para nada. Su capacidad de tinte es ridícula. Los mejores los que vienen en polvo o en gel. Yo prefiero estos últimos, por ejemplo de Wilton. Con éstas medidas nos saldrán 14 ó 15.




MATERIAL NECESARIO:

Suponiendo que hacemos para empezar macarons de 1 color; vamos a necesitar las siguientes cosas; 1 manga pastelera, 1 boquilla del nº 12, dos bandejas de horno y papel sulfurizado. Si como yo, tenéis el kit de macaron de Lekue (aun no lo he estrenado por cierto, lo haré mañana) no hace falta más que disponer de las bandejas de horno ya que incluye un tapete de silicona con las marcas donde se ha de colocar la masa del macaron y un dispensador con boquilla a tal efecto.

Necesitaremos también un cazo pequeño, una picadora como la que véis a la izquierda en la foto. Con la Thermomix salvo que vayamos a hacer mucha cantidad, nos dejaríamos mucho material en el vaso y no es necesaria. Un vaso de batidora, y unas varillas eléctricas para montar claras. Varios cuencos o bowls y espátulas. Y un termómetro de cocina.




PASO 1. Trituramos el azúcar glas con el polvo de almendra y después lo tamizamos. Consejo: triturar en varios golpes, poco a poco, para evitar que la almendra suelte la grasa. El polvo resultante tiene que ser muy fino.

PASO 2. Dividimos las claras en dos y ponemos 30g en un bol y los otros 30 en el vaso de la batidora o cuenco donde vayamos a montar el merengue. Añadimos el colorante al primer bol, mejor poco a poco porque tiñe mucho, pero tened también en cuenta que al mezclarlo luego con los demás ingredientes va a aclarar. Mezclamos bien con el polvo tamizado. Consejo: las claras han de ser viejas, es decir, separadas de las yemas 48 h antes, y reservadas en la nevera cubiertas con film trasnparente. Luego las sacamos unas horas antes de usarlas para que al montarlas estén a temperatura ambiente.





PASO 3. Para hacer nuestros macarons vamos a preparar un merengue italiano. Con el merengue de siempre el resultado no es el mismo. Para ello tenemos que preparar un almíbar; a tal efecto ponemos en el cazo el agua y el azúcar y dejamos que alcance los 116 grados. En ese momento estará listo. Si no tenemos termómetro de cocina, tratad de retirar el almíbar del fuego uno o dos minutos tras el primer síntoma de hervor, antes de que empiece a caramelizar.

PASO 4. Montamos los otros 30 g de clara de huevo empezando a velocidad mínima y subiendo cuando salga la espuma. Esto que voy a contar ahora puede parecer un poco complicado, pero no lo es tanto. Debemos hacer coincidir parte del paso 3 con el paso 4. Me explico: 

Una vez empezamos a montar la clara de huevo ya no podemos parar, y en el momento en que empiece a marcar el merengue (paso de espuma a liso) será cuando empecemos a añadir el almíbar muy lentamente como si fuera un hilo. Para ello, conviene empezar a montarlo cuando éste está ya empezando a calentar de modo que, cuando alcance la temperatura indicada, no tenga que esperar más que unos segundos para empezar a ser incorporado a la clara.




Aquí estamos Ana (otra alumna) y yo con el asunto del merengue y el almíbar, veis el hilo?? No penséis que hacen falta tres manos para hacer esta operación. Ana podría no sujetar el cuenco y hacerlo todo ella sola; es como cuando hacemos mayonesa.

Consejo: No es indiferente el punto del merengue; no tiene que quedar ni muy suave, ni demasiado duro. Esto último es perjudicial para el macaron. Cual es el punto??? Lo dije antes.... el que la repostera que nos enseña nos muestra. Es algo que se aprende observando. Pero para que tengáis una referencia el parecido al "pico duro" de la glasa para galletas. O similar a la espuma de afeitar.




PASO 5. "Macaronage" o macaronear. Es el momento decisivo. Se incorpora el merengue a la mezcla de azúcar y almendra. Envolvemos con movimientos giratorios y aplastamos un poco, envolvemos girando y aplastamos contra el suelo del bol y así todo el tiempo. El movimiento de macaronage es muy característico. No vale mezclar de cualquier forma, sino justo de esa peculiar manera. Esta es otra de las cosas que merece la pena ver como lo hace alguien que sabe.

Otra cosa importante es el punto de la mezcla. De nuevo hay que ser diestro con este asunto, la masa tiene que estar lisa pero no muy líquida. Es normal que presente pequeños grumitos; es la almendra. Consejo: Cuidado con no pasarse macaroneando, luego no tiene remedio. Si la masa está muy líquida no conservará su forma al dibujar los círculos con la manga.




PASO 6.  Hemos pegado el papel que nos sirve de plantilla con la propia masa del macaron en la bandeja (lo veis en la parte inferior izquierda de la foto) para que no se mueva. Debajo otro papel de horno. Los círculos los podéis hacer con el tapón de la botella de 1/2 litro de agua Solán de Cabras. Lo he comprobado porque tenía una en casa y es ese tamaño. O si no, directamente sobre el tapete de silicona, vamos dibujando círculos con la masa que habremos introducido en un dispensador o en la manga con la boquilla del 12 que os decía antes.

Esto no tiene más dificultad que no salirse demasiado. Nos podemos atener al círculo o hacerlos más grandes o más pequeños;  mini macaron.




Isabella controla como Anita, experta en macarons, dibuja círculos mientras Marta la observa móvil en mano para tomar fotos.
Todas probamos a hacer circulitos, en este momento ya está casi toda la suerte echada... casi!! falta aun el secado y el horneado.

PASO 7. Secado. Los macarons deben secar durante dos horas. Esto es un mínimo, se pueden dejar más tiempo. Normalmente va a coincidir con el momento en que al tocar su superficie notemos que se ha formado una costra y nuestro dedo no queda marcado. 

Estos dulces son enemigos de la humedad. Consejo: Dejarlos secar en un lugar resguardado, libre de corrientes de aire, por ejemplo el horno apagado. Evitar hacer macarons días de lluvia, la humedad  puede afectar al proceso (¿?). Me pregunto cómo lo harán los parisinos.... No nos precipitemos queriendo hornearlos ya de ya. Todo a su tiempo. Ah! y es importante que todos lo recipientes y material que usemos esté siempre bien seco.





PASO 8. Horneado. Antes de introducir la bandeja en el horno golperarla contra la mesa de forma enérgica (levantarla y dejarla caer con fuerza) para que se exploten las posibles burbujas de la pasta. El horno tiene que estar a 140/150 grados y eso es importante. No más!! Pasados 6 ú 8 minutos veremos el famoso pie formarse. Esas arrugas que lo bordean. A partir de ese momento se puede abrir el horno que no pasa nada. Controlaremos hasta los 10 ó 12 minutos y cuando veamos que se desprenden o levantan sin pegarse del papel es que ya están listos. Sacar inmediatamente. Más tiempo del justo y necesario los dejaría secos.

 Consejo: Si vamos a hornear otra tanda, esperar a que se enfríe la bandeja, sino los tostaría por abajo. Siempre horneamos una sola bandeja, nunca una sobre otra!

En la foto superior, los vemos ya horneados, listos para ser rellenados cuando hayan enfriado un poco. 




Impresionantes!!!

Las conchas sin rellenar pueden congelarse sin ningún problema, y duran hasta una semana en la nevera. Así que podemos hacer y hacer, y congelar y congelar, pensando en algún momento en que vayamos a preparar un surtido de varios colores y varios rellenos. Esto último mucho más sencillo.

El de la izquierda es de moras, y el de la derecha de naranja, pero a mí me encanta el rosa con el que he abierto el post; relleno de ganache de chocolate y plátano. Se hace hirviendo 50 g de nata y añadiendo posteriormente 100 g de chocolate negro y una cucharada de pasta de plátano. Isabella la tiene en la tienda y yo ya la tengo en casa... no puede resistirme.




Este verde relleno de manzana estaba imponente. Las pastas de frutas dan mucho juego para el relleno de estos dulces, las hay de muchos sabores y aunque duran mucho tiempo, ya empiezan a comercializarse en tamaños pequeños para uso doméstico.

Es aconsejable guardar los macarons en la nevera antes de consumirlos durante unas 24 horas.




Tras rellenar los macarons, los decoramos. Hay muchas formas de hacerlo, con crocs de caramelo de colores, con tinta comestible, glasa... Marta se lo tomó muy en serio e hizo verdaderas filigranas.

Resultó una tarde divertida y agradable. Con Isabella estaba su hermana Mª José, ambas, junto a Mónica, la tercera, regentan una casa rural; La posada del Arriero con un coqueto restaurante y un gastrobar donde ofrecen una variada muestra de cocina en miniatura; Mónica es la que se ocupa de ello.

Mujeres emprendedoras, imaginativas y con talento, puedes encontrarlas en su blog Deleita Rioja y descubrir el mundo rural chic y las experiencias más originales; como cenas a ciegas! No me importaría asistir a alguna de ellas..... si el postre es este pastelito francés soy perfectamente capaz de reconocerlo  con los ojos cerrados!





Beatriz Tobegourmet.

Pasta fresca con albahaca. Receta rápida.

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Me encanta la pasta, a quien no....?  Comer pasta no es sinónimo de calorías a tutiplén; depende por supuesto de con qué la cocinemos y la forma de hacerlo. Hoy os traigo una receta muy sencilla de pasta fresca, que a la vez es una receta muy sana.
Un plato rápido para estos días de verano en que no apetece emplear demasiado tiempo en la cocina, en que hay que tratar de aprovechar el sol y pasar el máximo tiempo posible al aire libre. Sobre todo si como yo, tenéis niños.




Preparar este plato nos puede llevar cosa de veinte minutos, treinta a lo sumo. Justo el tiempo en que tarda el resto de la familia en colgar las toallas, recoger los trajes de baño y sentarse a la mesa.... 

Es importante por no decir imprescindible para conseguir comer rico un día de playa o piscina nada más llegar a casa... contar con un buen fondo de armario.




Hay ingredientes que en estos meses no deben faltar en la nevera, a parte de las maravillosas frutas de temporada....

En este caso; tomates en rama o de ensalada, pasta fresca, cebollas dulces, y albahaca fresca.






Os recomiendo tener hierbas aromáticas en casa. Son muy económicas, sólo hay que atenderlas unos meses y quedan super chulas en la cocina. Yo las tengo en unos maceteros de aluminio de IKEA... 

Además de que su sabor no es comparable con las que compramos envasadas, las tenemos siempre a mano para aderezar un montón de platos. Si tenéis jardín o terraza, la albahaca estará mejor en zona de sombra... mientras que por ejemplo al romero, una hierba que también me encanta, le gusta mucho el sol.

Y no olvidéis contar siempre con un buen aove.




Soy muy fan del arbequina de Cal Saboi, pero en casa nos suelen regalar aceites y es fácil que mi Cal Saboi se dispute el plato con algún otro de su misma especie. 

Este año mi amiga Ana Bech, malagueña, me trajo uno del sur, y en casa nos encantó. Lo hemos ido racionando como si fuena un bien escaso. Bueno... de hecho lo era...  Ya sólo queda un dedo como véis y hasta el próximo año nada!!




Ingredientes:

- Pasta fresca rellena de algo suave... queso, espinaca...
- Un par de tomates.
- Una cebolla dulce.
- 4 hojas grandes de albahaca fresca.
- aove.
-sal.

Preparación:

En una sartén pochamos una cebolla partida en trozos grandes en un poco de aove. Añadimos la albahaca picada, reservando un poco para adornar. Lavamos y troceamos vastamente los tomates y los añadimos con su piel, salamos ligeramente. Lo rehogamos todo mientras se cuece la pasta en agua salada. Al ser fresca lo hará rápidamente, en unos 5 ó 8 minutos. Escurrimos la pasta y la añadimos a la sartén. Lo integramos todo y lo dejamos unos minutos más para que coja los sabores de la cebolla, el tomate y la albahaca.

Servimos rápidamente, comemos, y si es posible lo reposamos con una buena siesta!!





Beatriz Tobegourmet.


Como hacer una tarta fácil de monster high.

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No me encantan las monster high, vaya eso por delante, pero cierto es que puestos a prohibir o rechazar, prefiero reservarme para cosas más importantes. Por eso cuando mi hija Marta demostró interés por estas horrendas muñecas me encogí de hombros y pensé... es lo que hay!

Tétricas e incomprensibles para mí que soy de la generación de los payasos de la tele, de la Nancy, la Sindy y la Lesly, la mayoría de las niñas de su edad las adoran. Así que siendo realista creo que no lo hubiera tenido fácil en la labor de distracción... o redireccionamiento hacia otros juguetes.




Sobre todo porque mi Marta es cabezota y determinada, con fuerte personalidad; y a fin de cuentas por qué no ceder en un capítulo que no es esencial en su educación, hay tantas otras cosas que le he de prohibir.....

Ante este asunto detecté cierto rechazo en mi entorno más próximo; mi suegra por poner un ejemplo lapidaba a la tal muñeca en las tertulias del domingo por la tarde después de comer, y dictaminaba que jamás regalaría una de esas a sus nietas; "no pienso fomentar el mal gusto" decía.
Un sector de mis amistades las tiene vetadas en casa, y a veces me he sentido un poco furtiva, como el silencioso espectador fiel al Sálvame Deluxe, que lo ve pero lo niega; un tanto avergonzada en definitiva de estar inmersa en el asunto Monster High.




Pero el día del 2º cumple de Marta, de este año, decidí salir del armario y me planté con esta tarta. Nosotros siempre celebramos 2 ó incluso 3 cumpleaños; uno íntimo, otro con los amigos, y un tercero con el cole. De otra forma tendría que alquilar un local para albergar a todo el mundo, y yo.... soy de cumpleaños en casa.

Marta me la había pedido con cara de entusiasmo y una fe ciega en mis dotes culinarias. Creo que fue más bien ésto último lo que me decidió. Jamás en la vida había hecho nada con fondant, y esa era la única manera de abordar una tarta de monster high.... con la famosa pasta de azúcar comestible.




Ya puestos a confesar cosas vergonzantes para algunos.... yo he sido una niña que ha jugado con las Barbies. De hecho he tenido unas cuantas... y no tengo ninguna perversión, es más, soy bastante normalita. He acabado mis estudios universitarios y post universitarios exitosamente y creo tener buen criterio para distinguir el bien del mal. 

En esas muñecas tachadas de mujer objeto yo veía un pelo larguísimo para peinar y hacer trenzas, vestiditos para quitar y poner... y no las cosas que otros quieren ver. Además me encantaban sus muebles setenteros; aun conservo algunos como un sofá rosa fucsia con tapicería de rayas pistacho. 

Y creo que igual le sucede a mi Marta con Draculaura y Abbey Bominable... y que no va más allá, ni le llaman lo más mínimo la atención las medias rotas, las cicatrices, o lo trapejos que visten.

Dudo mucho que nada insano quede grabado en su subconsciente, y sólo pienso en una cosa.... "me encanta verla jugar y hablar sóla en voz alta... dirigiendo sus muñecas como soldaditos.





Así que os voy a animar a complacer a vuestras niñas si os piden una tarta como ésta. No puede ser más fácil; es cuestión de paciencia y un poco de habilidad, ni más ni menos que la que ser precisa para hacer una simple manualidad, como las de Art Attack.

Por cierto... por qué nadie tiene nada que objetar ante el hombre araña, o el famoso batman?? ... mi sobrino tiene uno y no creo que piense hacerse culturista, ni de mayor vista ajustadas mayas.

La receta que he elegido como base para ésta tarta la tenéis AQUI




La hice de dos pisos, por supuesto, eso era un requisito esencial por lo visto. Sobre como hacer una tarta de dos pisos podéis consultar AQUI

Y la decoración fue la mar de divertido, es más, creo que estoy deseando repetir... Para hacer una tarta con adornos de fondant, lo primero es ir a una tienda especializada y comprarlo en pequeñas pastillas. En mi ciudad estas son mis favoritas; Azúcar y Vainilla, y L'Atelier de Isabella.

Si queréis añadir unas florecillas, necesitaréis unos cortadores especiales para fondant en la misma tienda. Aunque inicialmente iba a hacer lunares de dos colores, y para eso nos bastaría con un tapón de una botella de agua mineral.




A continuación buscamos en google una imagen del motivo, a falta de un cortador especial;  en mi caso esta simpática calavera con lazo rosa, y nos la imprimimos. Podemos modificarla antes para obtener un tamaño que se ajuste a lo que nos encaje bien. La recortamos y la usaremos como modelo. 

Como véis yo he trabajado sobre un tapete azul. Es un tapete de silicona para horno de Lékué que va fenomenal, y con un rodillo de acero inoxidable de Silikomart. Un rodillo adecuado es importante para que el fondant no se pegue. 

Trabajar con él es como hacerlo con la plastilina. Primero estiré el color negro (foto 2) ; coloqué sobre él la plantilla y corté todo el borde con la punta de un cuchillo. Poquito a poco. Después repasé los bordes empujándolos hacia adentro con el mismo cuchillo para redondearlos.




Una vez hecha la base negra, recorté el borde de mi modelo hasta dejar la calavera blanca. Extendí el fondant de ese color y con la ayuda de la plantilla, compuse la capa de arriba que solapé sobre la de abajo. 

El siguiente paso fue el lazo, primero recorté el borde, y lo hice en rosa. Con la punta del cuchillo dibujé las dos arrugas, y el nudo fue también un calco del papel que coloqué encima del lazo. (foto 1)

Con los ojos y nariz hice lo mismo, me ayudé de la plantilla hueca para colocarlos en su sitio exacto. Colocándola sobre la cara de fondant y aplicando cada ojo en el hueco del recorte.

El fondat se pega solo, y no es necesario añadirle nada. Lo mismo las florecillas sobre la crema. Es de lo más fácil. Entre nosotros, me las ví y me las deseé con un rey baltasar de platilina para el belén de cole, al lado de aquella figurita en 3D que a todos nos habrá tocado modelar... esto fué coser y cantar!!








Beatriz Tobegourmet.



Vasitos de chocolate blanco y sandía.

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Con el verano llegan las cenas al aire libre, las reuniones de amigos son más frecuentes, y muchas veces   buscamos ideas desesperadamente para sorprender con propuestas originales y a poder ser sencillas. .....Nosotros también merecemos disfrutar.

Lo que hoy os traigo es un postre muy vistoso y muy rico. Reconozco que estos vasitos de Genevieve Lethu ayudan bastante con la presentación, pero lo importante sin duda es la delicia que contienen.





Hace un par de semanas recibí una cesta de fruta ecológica de Fresvhana. No sé como lo hice pero me despisté con la sandía. Por falta de espacio la coloqué en un frigorífico que pequeño que tengo en otro lugar diferente a la cocina y que uso para tener siempre bebidas frías.

Lo olvidé por completo... hasta que el pasado sábado acudí en busca de unas cervezas y fue cuando la vi. Pobre sandía!! Podía haberla troceado en pequeños dados y hacer cubitos de hielo de fruta con que quedan muy vistosos y van de miedo para la nueva generación de gin tonics, pero se me ocurrió otra idea.



Hacer un postre refrescante y dulce, uniendo chocolate blanco, nata y fruta. Y os puedo decir que ha sido todo un éxito! Lo tomamos el domingo que hizo un día estupendo. Es necesario empezar a prepararlo unas horas antes de ser servido porque necesita enfriar un tiempo, pero su elaboración no puede ser más sencilla.




Ingredientes:

- 180/200 g de chocolate blanco.
- 200 de nata líquida 35% mg.
- 1/2 sandía pequeña muy fría.


Preparación:

En un cazo ponemos la nata y la llevamos a ebullición. A continuación añadimos en chocolate troceado y removemos hasta integrar, lo reservamos en un bol con un film transparente hasta que temple. Lo guardamos en la nevera y esperamos a que esté muy frío y su textura sea algo más espesa. Este paso lo podemos hacer de víspera, o incluso un par de días antes.

Poco antes de la cena o comida en que lo serviremos de postre, troceamos una sandía madura, la machacamos un poquito y la colocamos en un vasito de cristal pequeño, o de porcelana como es éste, llegando hasta la mitad.




En un recipiente alto vertemos la mezcla de chocolate y nata, y la montamos con la batidora usando el accesorio de varillas hasta tener una crema densa. A continuación la pasamos a una manga pastelera (yo con la boquilla 1M de Wilton) y acabamos de llenar el vaso, moviendo la manga en círculos para  hacer un copete alto como si se tratara de un helado.

Para acabar, decoramos el postre con unos pedacitos de sandía; esto le dará un punto de color muy atractivo que en nuestro caso, en que el vaso es opaco, da una pista sobre lo que nos vamos a encontrar una vez lo abordemos con pequeñas cucharadas.




La mezcla del dulzor y la cremosidad que aporta la crema de chocolate blanco, en perfecta unión con la frescura y textura ligera de la sandía conforman un postre sorprendente y agradable a cualquier paladar.

Un final muy de verano para una cena informal, incluso de pie.... a modo de buffet. 




Se puede servir como veis en alguna bandeja, salpicado de chocolate en trozos, para picotear dejándose llevar por la gula. 

Yo con el chocolate peco como el que más. Confieso que todos los días sin excepción me tomo casi media tableta, a veces más. Si no fuera por mi metabolismo, o porque no paro quieta, podría protagonizar el programa de televisión Robinfood  en versión femenina.




Gracias a Dios no es éste el caso, y me consuela pensar que el el chocolate es rico en flavonoides y antioxidantes, de lo cual empiezo a verme algo necesitada. En cualquier caso, y como ya deberíais saber, no es el chocolate blanco es más aconsejable para conseguir fines saludables, pues es el más rico en grasas y azúcar.

Antes de despedirme hasta el siguiente post quiero hacer la siguiente reflexión: mientras algunos de nosotros nos divertirnos organizando encuentros en torno a la comida, hay muchas personas que necesitan acudir a un comedor social para alimentarse con lo básico. 

Así que me ha parecido una idea muy sensata dar mi apoyo la iniciativa de los agricultores de Freshvana, fruta y verdura ecológica a domicilio, para donar una parte de su produción a comedores sociales. Con esta mención en mi blog, incrementan su donación en 20 Kg. 

Sólo me queda pedirte una cosa si eres blogger.... Súmate!





Beatriz Tobegourmet.




Ginebra food and shopping; Globus.

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La pasada semana, estuve de viaje por Suiza y Holanda.... Ni que decir tiene que no dejé pasar la oportunidad de conocer las tiendas más interesantes siempre pensando en gadgets para la cocina, props para los atrezzos del blog, vajillas diferentes, cucharitas, cajas, moldes nunca vistos, y todas esas cosas que tanto nos gustan para vestir la mesa.




Bien asesorada por gente que frecuenta la ciudad de Ginebra, que es donde estuve un par de días, tengo que reconocer que caí rendida a los pies de Globus. La ribera izquierda de esta ciudad está repleta de elegantes tiendas y boutiques; y allí es donde podemos encontrar estos grandes almacenes, y perdernos en su planta 3º y en la menos 1.

En el primer caso encontramos la sección de Kitchen and tableware y home accessories, o sea, lo nuestro. 



Los precios en general son altos, pero siempre hay objetos asequibles de marcas conocidas cuyo coste no varía sustancialmente de un lugar a otro. En esta planta me pasé cosa de una hora, y me llevé un buen botín sin dejarme necesariamente temblando la tarjeta visa. Por ejemplo, el azucarero súper mono que veís en la foto de arriba me costó 8,90 francos suizos, que vienen a ser unos 7 euros.

El mismo producto lo comercializa una tienda on line muy conocida por algo más de 10 euros, así que sin miedo!!




El mayor problema que yo veo es el potencial espacio en la maleta. Siempre me planteo viajar con una vacía por si acaso, pero me parece un peligroso punto de partida, con lo cual, acabo adaptándome a lo que hay y consigo ser más prudente, aunque reconozco que me dio una pena tremenda renunciar a uno de estos cake stands..... Para la próxima!




No siempre lo más grande o aparatoso de transportar resulta lo más caro, en ese caso puede valer la pena comprarse una bolsa aunque sea horrorosa; la más barata que encontréis... y solucionar el asunto. Sin embargo, mi pecado casi inconfesable fueron unos moldes para hacer savarin, diminutos, a cosa de 9,6 francos suizo cada uno! ......para ello no necesitaba demasiado espacio.... pero qué ilusión!!

Pronto veréis las maravillas que hago con ellos... y no necesariamente savarins....




No es demasiado recomendable enamorarse de estanterías como ésta, porque eso sí que puede suponer un problema, pero qué me decís de las cositas que encontramos en ella!! No sé ni el tiempo que me quedé mirando.....




Manteles coquetos, campanas, mantequeras, todo es fantástico en este lugar acogedor, bien organizado, y con una amplísima oferta de objetos para la mesa y la cocina. Recorrer esta planta de Globus es como dar un paseo a través de una revista de decoración dónde todo está a la venta, todo apetece y todo es super ideal.

Tanto con la planta de productos gourmet....




En esta sección Globus nos recibe con champagne francés. Moët es uno de mis favoritos. La sección de vinos y Champagne es muy amplia y cuenta con una selección de gran calidad.






Pero lo que os llamará la atención es la maravillosa oferta de quesos, como ellos mismos anuncian; los mejores de Suiza. Soy amante de los quesos, los probaría todos, me da igual de vaca, de cabra, frescos, curados.... soy adicta, igual que al chocolate, pero del ésto último os hablaré en un post especial, pues merece un capítulo a parte.




Me encantan así, las galletas y snacks que llevan queso. En Suiza encontramos gran variedad de estos productos. Hay unas tostas finísimas que me privan y que no compré porque las puedo conseguir aquí. Son las famosas HUG con las que hice un aperitivo hace tiempo que podéis ver AQUI.




En estos almacenes cuentan con una selección de especias impresionante. Se podría decir que tienen de todo!!!  Y aquí si que me llevé alguna que otra cosa que sé que en España me sería difícil encontrar. También tienen flores comestibles, así que me hice con unas rosas secas que pienso usar en alguna que otra ocasión.




Pasillos para perderse, los de la sección gourmet de Globus, para componer un sin fin de platos y recetas porque en esta gran sala encontramos practicamente de todo!




Salsas, chutneys, mermeladas, mieles, todo de altísima calidad y de atractivos sabores, con impecable  diseño; irresistible para los más sibaritas.




Podemos verlo en estos Aoves, presentados como frascos de perfume. Franceses o italianos; no encontré ninguno español; es nuestra asignatura pendiente sin duda. Este gran almacén es uno de los más importantes de Suiza y cuenta con total de nueve tiendas en el país; por supuesto en las principales ciudades.




Las tiendas en Suiza no cierran al mediodía pero, a cambio, por la tarde lo hacen bien pronto; sobre las 18.30 ó 19.00 en este caso.

Momento ideal para descansar, sin tener que ir demasiado lejos, cenando de forma ligera pero estupendamente en la zona de restaurante de Globus. Casual, cosmopolita y de ambiente agradable.




La oferta gastronómica es muy amplia y los precios muy asequibles. Se puede optar por una gran variedad de platos, pues cuenta con diferentes secciones; Seafood bar (caviar y salmón), Wellness bar,  Noodles/curtiese, Sushi/Sashimi, Antipasti, Panini/tapas, Crepe/glase y boulangerie artisane (con exquisitos pasteles).




En este espacio podemos movernos libremente optando por platos de una u otra sección, y llevarlos a la mesa en el orden y momento que decidamos, en donde encontramos en todo momento un servicio a nuestra disposición; cubiertos, vasos... un concepto con que acabo de descubrir, que me parece muy práctico y que me encanta.




La terraza es otra opción y es francamente agradable y con vistas a la popular y ambientada Place du Molard. Un lugar en pleno corazón comercial de Ginebra.




Una pizza y un helado, o caviar y champagne. El Gastrobar de Globus se adapta a lo que el cliente disponga para ese momento, tras una mañana o una tarde de compras. Estamos ante un restaurante multicocina (marisco, thai japonés, deliciosos creps salados).




Esta fue la mesa que elegí. Mi silla aun desplazada y sobre ella el plato de mi crepe de berenjena, tomate fresco, queso de cabra y pesto. Deliciosa!!  En la mesa de al lado; unas mujeres árabes con pañuelos de Louis Vuitton, un clásico en este tipo de centros comerciales que sin duda aporta su punto exótico.

Ya solo me faltaba la tartaleta de limón con merengue, de la boulangerie, totalmente artesana y de lo más exquisito que podéis imaginar para rematar un fantástico día de shopping en Genève.




Beatriz Tobegourmet.


Las cucharitas de Sabre. Props.

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Por fin tengo un blog mono. Ya cuento entre mis props, o útiles de atrezzo, con las famosas cucharitas de Sabre.

Si se come con la vista no cabe duda de que estas pequeñas piezas de plástico pueden ayudar bastante a presentar más apetecibles pasteles, helados y pedazos de tarta.

Sabre es una marca francesa creada en 1993 que se dedica a fabricar cubiertos decorados y toma el nombre del primero fabricado por la casa. Jamás hasta entonces se había visto cosa igual. Estampados de vichy de toile de Joui. Ideales!!




Los podemos encontrar principalmente en Francia (BHV, Primtemps, Galeries Lafayette...) pero también en otros lugares. Mi desvirtualización de estos props tan cuquis se produjo en Amsterdam.

Cuando planifiqué mi viaje, como suelo hacer siempre, acudí a las webs de marcas que no encuentro fácilmente en mi ciudad para darme una vuelta por sus puntos de venta. Y tenía claro que iba a la caza de estas cucharas!! Quedé enamorada de este modelo dorado. No lo había visto nunca! y mira que me leo blogs y más blogs de cocina donde aparecen día sí día también.

Así que me vine encantada con mi botín.




Soy muy de comprar por internet. Pero caramba! me daba dos patadas pagar más por los portes que por el producto. Y en fin, eso de toquetear y comprobar los matices del color real tiene su qué. 

En España se pueden encontrar en varios lugares en Madrid. Y luego en sitios curiosos como Avilés o Jaca, que ni tan siquiera son capitales de provincia, pero se ve que hay algún comercio con buen gusto que se las ofrece. Podéis consultar direcciones AQUI.




La casa Sabre comercializa también cubiertos de acero inoxidable, y otros más clásicos, pero para mí las más representativas son sus piezas "tout plastique" de combinaciones infinitas en cuadros, rayas, motas, y lisas como las que yo me compré.  Estas últimas me encantan por la luz que reflejan, y porque las encuentro elegantes y atemporales; se trata de la colección Old fashion de estilo vintage. Están disponibles en muchos colores....!!!

Tenía duda sobre cuales me llevaría, pero estaba segura de que iba a hacerme con ésta color blanco hielo.




La otra alternativa son las webs de útiles de cocina, moldes de papel, vajilla chula, y esas cosas que tanto nos gustan.... conozco dos que las comercializan, y claramente os recomiendo una sobre la otra. Así; tenemos Quadrifoglio y My home Style.

Entre las dos mi opción es My home Styley allí será donde os recomiendo hacer vuestras adquisiciones. Los motivos son dos: Los portes son un 30% inferiores; quizá eso no os importe demasiado, pero a mi me fastidia tanto pagar portes como pagar comisiones.

Sin embargo lo más importante es que tienen mucha más variedad!!

Frente a las 3 colores que encontré en Quadrifoglio donde además solo había uno disponible. My home Style me ofrece 22 colores. Lo mismo sucede con otras cucharitas que adoro, las de Green Gate, 3 modelos frente a 8.




Mis cucharas son de Studio Bazar, una tienda con cosas súper apetecibles, como os decía, en Amsterdam. Así que si alguno se acerca este verano.... ya sabe!

Ojo con las direcciones que aparecen en la web de Sabre; la de Tea in the City,  en esa misma ciudad en la calle Damrak 70, directamente no existe. Mejor telefonear primero, o buscar una tienda que nos venga de paso. Porque si no... maldita la gracia!





Y para finalizar os propongo dos buenos planes.... un paseo por la blogosfera para visitar las cucharitas de mis compañeros que llevo envidiando desde hace tiempo.... Aquí las de Noelia, Aquí las de Luisa, Aquí las de Raquel, Aquí las de Esther y Aquí las de Pam.

Y una visita al post de mi amigo Manu donde hace una hilarante y ácida crítica sobre los gadgets, los atrezzos y los props en los blogs, en la que por supuesto no falta una referencia a estas joyitas. Para no perdérsela!!




Beatriz Tobegourmet.


Suiza; chocolates y macarons: Auer, Läderach, Ladurée y Fauchon.

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Uno no puede viajar a Suiza y no probar sus magníficos chocolates. El Cantón de Ginebra, al borde del lago Lemán, está prácticamente rodeado por territorio francés, de ahí que además de exquisitos bombones, encontremos los famosos macarons.

Una ciudad, Genéve, que constituye una constante tentación para los que como yo pierden la cabeza ante el aroma del chocolate o la visión de una composición de macarons de colores empolvados.




En la casa francesa Fauchon  encontramos lo uno y lo otro, y muchas otras cosas más que hacen las delicias de los sibaritas y gourmets... El color fucsia es su signo de identidad, así como su logo donde repite su nombre de forma infinita en negro y blanco. Muy elegante.




La primera vez que visité Fauchon fue en su tienda de París al lado de la Madelaine podéis verlo AQUI.  Es una tienda enorme donde además de chocolate y macarons se puede encontrar un magnífico foie. Esta que os enseño en la ciudad suiza está en el 118 de la rue du Rhöne.

En esa misma calle encontramos una de las bombonerías con más fama de la ciudad Du Rhöne. Pequeña pero muy exclusiva. Mirad que chocolates más ideales!




Y como no podía ser de otra manera también ofrecen macarons. Hace poco os dejé un tutorial de macarons para que pudiérais hacerlos vosotros mismos. Siguiendo los pasos no hay pérdida, se necesita algo de paciencia pero es perfectamente asumible para cualquiera. Así que mientras os surge la oportunidad de catar los auténticos macaron franceses podéis empezar con los vuestros.




Aun no he probado los de Pierre Hermé que hay quien dice que son los mejores del mundo. Pero no sabría por cuales decidirme entre los que os mostraré en este post. Todos impresionantes!

En cualquier caso, me quedo con la tienda de Ladurée y sus colores verde agua y rosa ballet. Me parecen tan delicados!!




En este escaparate presentaban su colección Art Déco que está disponible desde el 27 de junio como colección de verano. No os lo perdáis, tienen otra que llaman Ladurée á Saint-Tropez con un formato  monísimo en azul vichy con una ilustración de una parisina de vacaciones en la ciudad. Sólo se venden allí!!



Estas fotos son del escaparate de la tienda de la rue Cours de Rive nº 7. 







El interior es de madera, muy acogedor, en esta tienda no se puede más que comprar para llevar, pero hay otra en ésta misma ciudad donde se puede tomar un té o un café con un macarón. 

El precio es de 2,5 por unidad, lo mismo que nos cuesta un pastel en una cafetería con terraza en mi ciudad.




Como podéis ver, Ladurée ofrece otros artículos tan apetecibles como velas aromáticas, las que están cubiertas por esas campanas... y una amplia selección de tés. 

Me encantan las cajitas en las que sirven los macarons, parecen cajas de jabones....





Estas dos últimas instantáneas son de la tienda que Ladurée tiene en los almacenes Globus, sobre los que os hablé el otro día. Podéis verlo Aquí.

Dejemos los macarons, que creo que ya hemos tenido suficiente, y pasemos a conocer los templos del chocolate en la ciudad de Ginebra, empezado por Auer.




Situada en la rue de Rive desde 1.936, en el corazón de Genéve, sus chocolates son de una calidad excelentes; trufas exquistas, ganaches y pralinés.... y sus "Amandes princesse".... una capricho para paladares exigentes y con generosos bolsillos.

Caja de 3 kilos... 630 francos suizos; unos 400 euros. Si con 1 kilo tienes suficiente, la cosa no se pone mucho mejor.... y si no compruébalo tú mismo en esta imagen.




Para mi gusto la presentación un tanto rococó... pero asumo que el contenido ha de estar sublime!

Me va más la imagen de Mekur, otra de las fantásticas tiendas de chocolates suizos que podemos encontrar en Ginebra. Allí encontramos la firma Läderach. Una empresa creada en 1962 por el maestro chocolatero Rudolf Laderach dirigida actualmente por la tercera generación.




Premium finished pralines, trufas y deliciosos bombones de infinidad de sabores. Läderach ofrece productos de calidad superior y con los mejores ingredientes. De esta firma dicen "...Isn't just a chocolate lover's dream, it´s also a chef's dream".

Además de la impresionante bombonería ofrecen chocolates al peso de un montón de variedades. Delicioso el de cereales con miel y caramelo.





Un lugar imprescindible y más asequible que el anterior, pues se puede optar por elaboraciones en formato pequeño, del que encontramos un amplísimo surtido en sus estanterías. Más de 20 clases de chocolate recién hecho..!!




Vale la pena entrar y conocer la tienda, pasearla y disfrutarla también con la vista. Si aceptamos la cromoterapia como técnica de relajación, no me cabe ninguna duda que la aplicada al mundo del chocolate sus efectos se multiplican exponencialmente.

No hay cosa más estimulante que regalar la vista con las diferentes geométricas... redondas, ovaladas; las gamas de ocres, los tonos rojos y tierra, las composiciones abstractas con frutos secos.... 

Al tiempo que el sentido del olfato se despierta entre multiples aromas a cacao, a vainilla.... a felicidad.

De lo mejor de Suiza... sus chocolates!!!






Beatriz Tobegourmet.


Mantequilla caramelizada con cebolla crujiente. Receta.

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Según dijo hace bien poco un cocinero muy mediático; "comiendo se aprende". No puedo estar más de acuerdo. La semana pasada en un restaurante situado en una agradable zona residencial de Amsterdam probé esta delicia. 

Son muchos los lugares, sobre todo en Francia, Suiza, Italia... que yo sepa.. donde sirven con el pan un poco de mantequilla para acompañar la comida. En España, en donde tenemos fantásticos aoves, cada vez es más frecuente este mismo detalle con el zumo de oliva, lo cual me parece estupendo.




El sábado pasado decidimos reservar mesa en el Ron Gastrobar. El chef Ron Blaauw tomó una valiente decisión cuando optó por eliminar su clasificación dos estrellas Michelín y dar un giro a su cocina y su empresa. 

La calidad de la comida es fantástica; el poso sigue ahí. Los platos son muy especiales, con ingredientes de alto nivel como la langosta o el king Crab, carne de wagyu, ostras, foie....

Cenamos en la terraza, francamente agradable, y hacía un tiempo estupendo cuando llegó a la mesa la mantequilla caramelizada con cebolla crujiente.




Fue verla, probarla, y saber que al regresar de mi viaje trataría de conseguir hacerla. Deliciosa. Un aperitivo suculento pero irresistible, que nos acompañó toda la cena.

En Holanda, como podréis imaginar hay fantásticas mantequillas. El punto de partida era un ingrediente de primera calidad... el resto la genialidad de un chef imaginativo y experimentado.




No hace ni cuatro días que regresé y ya he conseguido tenerla en mi nevera!! Soy dicho y hecho. Y como estoy deseando compartirla con vosotros os dejo lo que he interpretado debe de ser la receta.

Ingredientes:

- 150 g de mantequilla punto pomada, o sea blandita.
- 100 cc de nata líquida 35% mg.
- 50 g de azúcar.
- 25 cc de agua.
- cebolla crujiente Santa Rita.
- sal.


Preparación:

En primer lugar preparamos un caramelo líquido. Para ello colocamos en un cazo el agua y azúcar a fuego medio, y lo dejamos sin remover ni hacer nada hasta que se torne dorado. Es importante no tocarlo hasta que el proceso no culmine. 

Una vez obtenido lo retiramos de fuego y giramos con movimientos suaves el cazo en el aire hasta que enfríe un poco. Unos minutos. A continuación añadimos la nata y fuera del fuego, y con una varilla, removemos hasta que quede integrado.

Lo llevamos otra vez al fuego y lo dejamos unos minutos para que espese un poquito. Luego lo hará más al enfriarse.




Colocamos la mantequilla en el vaso de la batidora y añadimos la salsa de caramelo, dejando un poco para poder rectificar y que tome el sabor que nos parezca apetecible. Salamos. Finalmente batimos con una varilla eléctrica hasta que monte un poco.

Con las proporciones que os dejo va a estar correcto, pero yo no llegué a verter la totalidad del caramelo.... probé, vi que lo encontraba bien, y me planté. 

Con la sal si que estuve añadiendo en varias veces. Esto es como el aliño de una ensalada, a cada cual le puede gustar más o menos concentrado.




Una vez que empiezas no puedes parar!!

Se que os va a encantar, y además podemos prepararla y dejarla en la nevera para usar cuando nos surja la situación. Eso sí, sería entonces conveniente sacarla un par de horas antes para que esté más blandita y airearla un poco con un tenedor o una varilla. 

Por supuesto que la cebolla hay que añadirla en el último momento; aporta un contraste de textura excelente y el sabor marida perfectamente.




Nosotros la acompañamos de pan normal, pero pueden irle bien unas tostas sin más. 

Dudo sobre aquellas que contienen pasas o arándanos, creo que el protagonismo hay que dejarlo por entero a esta crema de mantequilla medio dulce, medio salada que es estupenda!






Beatriz Tobegourmet.


Cerezas rellenas de tarta de queso. Petit Four.

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La tarta casera de queso con base de galleta es uno de mis postres preferidos. Suelo cubrirla con mermelada de fresa, frambuesa e incluso cereza.

Este petit four es un pequeño guiño a esa tarta riquísima que tanto nos gusta. Lleva los mismos ingredientes y fruta fresca. Unas impresionantes cerezas de tamaño espectacular.





Son cerezas de La Rioja, se las compro a Javier en su tienda De Torre Gourmet. Tiene una fruta estupenda, un poco cara, pero la calidad se paga.

Cuando las vi enseguida pensé en hacer algo con ellas más allá de comérmelas así sin más. Fue entonces cuando recordé un anuncio que vi en el finger de un avión. Llegaba al aeropuerto de Schiphol creo, y vi un enorme anuncio de cosmética. Ignoro la marca, de verdad, me fijé sólo en la foto; una cereza cubierta con una crema..... facial supongo.




Inmediatamente pensé en este postre que veis hoy aquí. Lo anoté rápido en mi I pad mini; que llevo a todas partes. En cada viaje abro una nota, "apuntes gastronómicos de Amsterdam" en este caso, y voy anotando todo lo que me resulta fuente de inspiración. 

Como los escritores de novelas. A fin de cuentas soy una escritora de recetas...




La idea evolucionó hasta la tarta casera de queso. Así imaginé la crema facial comestible compuesta de nata montada con queso crema. El toque de la base de galleta lo encontraremos después ligeramente espolvoreado por encima en forma de polvo ocre.

Cortar en dos partes cerezas de semejante tamaño es muy fácil. 




Con un cuchillo las dividimos en dos partes y con ambas manos las desprendemos simplemente girando una en sentido opuesto a la otra, como si las desenroscáramos. En el medio quedará el hueso, que se retira muy fácilmente con el palo de una cucharita de café.


Ingredientes:

- 250 g de cereza muy grande.
- 100 cc de nata 35% m. g.
- 2 cucharadas de azúcar glas aprox.
- 100 g queso crema.
- 4 galletas.
- 25 g de mantequilla punto pomada.


Preparación:

Abrimos las cerezas en dos y les retiramos el hueso como hemos explicado más arriba. En un vaso montamos la nata (mejor si está bien fría) con el azúcar. Os he puesto la referencia de dos cucharadas soperas rasas, pero probáis y a vuestro gusto. 

Cuando esté montada añadimos el queso y removemos hasta integrar. A parte machacamos en un plato las galletas con un tenedor y les incorporamos la mantequilla bien blandita. Mezclamos hasta conseguir una textura arenosa. Reservamos.




Montamos el petit four, o bocado dulce, estupendo para el final de una cena..... de la siguiente manera: En el hueco de la pepita ponemos un poco de polvo de galleta, encima con una manga añadimos la crema de nata y queso, y lo adornamos de nuevo con nuestra tierra de mantequilla tostada.

Delicioso!!




Sin duda es la tarta casera de queso y cereza más rápida y fácil que hayáis hecho nunca! Sorprendente  y original. La crema conviene prepararla en el mismo día para que no se ablande, aunque el queso siempre da consistencia a la nata montada. La reservaremos en la nevera hasta el momento de servir. Un postre refrescante, ideal para el verano, y muy gourmet.





Beatriz Tobegourmet.


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