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De compras en Nueva York. Williams-Sonoma.

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La primera vez que pisé un Williams-Sonoma fue hace quince años aproximadamente, en la ciudad de San Francisco, EEUU. Y creo que di con ella de pura casualidad, pues no estaba por aquel entonces entre mis prioridades comprar delantales, platos, y moldes para cakes. No fui muy consciente por tanto de que me encontraba ante una de las mejores tiendas del mundo para comprar utensilios de cocina, accesorios y gadgets de todo tipo, ingredientes para hacer recetas, y muchas cosas más! 




Nunca más volví porque no he regresado a los Estados Unidos o Canadá, que es donde la podemos encontrar. Pero si he seguido comprando allí a base de hacer encargos al Sr. Tobe, muy precisos y detallados, pues se mueve con dificultad en este tipo de terrenos.

Así que podéis comprender mi ilusión por volver a pisar ese suelo de madera y pasear entre esas estanterías en cuanto supe de mi viaje este otoño a Nueva York.

La tienda estaba preciosa en las vísperas de Halloween!




Lo cierto es que nunca antes había visto tantas calabazas y de tantas y formas y tamaños diferentes.  Y lo decorativas que son!! Claro que en Williams y Sonoma lo ponen todo con un gusto exquisito. No quiero ni pensar como estará en Navidad!

Pero os podéis hacer una idea echando un vistazo a estos alucinantes cortadores de galletas que se pueden comprar en su tienda on line.




De aquel primer contacto con esta increíble tienda, que cotiza en Wall Street, aun guardo un delantal de rayas verticales verde botella, algún viejo paño de cocina, unos dinner mats, y 4 de los seis platos de pasta temáticos ( los rábanos, las setas, las olivas y la berenjena) cuando por aquí no se veían aun ese tipo de vajillas. Los otros dos pasaron a mejor vida, el de el puerro este mismo año.




... Y eso que por aquel tiempo trabajaba como abogada y no tenía asomo de intención de crear un blog de cocina, ni necesidad de contar con gran variedad de moldes, platos, cucharas y cucharitas para el atrezzo de mis recetas que me gusta presentar como un escaparate comestible.

Williams-Sonoma ofrece una amplísima gama de productos de las mejores marcas como Le Creuset, Kitchen Aid, Nordic Ware, y más de doscientos artículos de marca propia.




Es difícil no encontrar un utensilio o herramienta para la cocina en sus innumerables estanterías. O como en mi caso, es difícil resistirse a comprar otra espátula más cuando una ya tiene quinientas, pero es que se me aparecieron unas doradas y plateadas en tamaño mini que me encajaban fenomenal en el hueco de la parte inferior derecha de mi maleta, justo al lado de los calcetines y debajo del neceser. 

A estas alturas del viaje, las compras empezaban a estar supeditadas a factores logísticos. Y al molde de modelo catedral de Nordic Ware no estaba dispuesta a renunciar, y eso que lo puedo comprar en Madrid. Pero el entusiasmo turístico causa estragos.




En esta estantería encontré unos cortadores maravillosos con formas otoñales para pastas o tartaletas, están encima de los "piecrust mix", y son tres formas de hojas diferentes. 

Y como no, volví a caer rendida ante la elegancia de los delantales de esta maravillosa firma; lisos, a rayas, o con estampados de amebas, de éste último tipo escogí uno en tonos burdeos.

Actualmente tengo en vigor otros tres ejemplares. El de hace quince años de la tienda de San Francisco, que ya está muy vivido, uno amarillo que aun no entiendo muy bien cual es su historia porque el amarillo no me gusta, y otro color almendra que le encargué a mi marido a principios de este año. No sé para qué quiero tantos pero me encantan.






Estas imágenes que os estoy mostrando, pertenecen a la tienda de Williams-Sonoma que está en el 10 de Columbus Circus, que es una de las tres tiendas que se encuentran en la ciudad. También visité la de está en el 121 de la 59 St, pero no era tan grande como ésta.




El origen del imperio Williams-Sonoma ( actualmente más de medio millar de tiendas entre EEUU y Canadá ) lo encontramos en el año 1.956, cuando el Sr. Charles E. Williams, dedicado a la venta de menaje de cocina, decidió importar desde Francia unos útiles que no se conocían por entonces en su país. 

Así fue como se vendieron en su tienda en Sonoma (California) las primeras baterías de cocina francesas, pero pronto se trasladó a San Francisco por ser esta una ciudad mucho más comercial, configurándose como su sede y su base de operaciones desde entonces y hasta la actualidad.




Ante esta selección de bundts permanecí indecisa cosa de un cuarto de hora, me encantaba el modelo Stained Glass Bundt Cake, que está diseñado inspirándose en las vidrieras de las catedrales francesas y tiene forma de rosetón. No os perdáis el maravilloso bizcocho que la blogger Trotamundos hizo con él y del que me quedé enamorada. Pero no era cuestión de repetir, así que me llevé otro diferente para reproducir el que aparece espolvoreado de azúcar dentro de esa campana y al que antes me refería.

Ya os podéis suponer que este encontronazo con la marca Nordic Ware vino a agravar sensiblemente mi asunto equipaje. Pero estaba determinada a llevarme un molde para bundt recuerdo de mi viaje a Nueva York. Yo no soy de estatuitas de la libertad y esas cosas, salvo que se pueda cocinar con ellas, y hasta ahora creo que no las han inventado.




En esta tienda es habitual tener la oportunidad de degustar algunos de los productos que están a la venta, y en esta ocasión me ofrecieron algo delicioso que no había probado jamás; una mantequilla de calabaza y nueces de pecán especiada para untar en una tosta de pan.

Un producto que me encantó, del que guardo un grato recuerdo en mi memoria, y que tardaré en volver a probar, pues no soy de almacenar mantequillas y pantalones en el mismo lugar, o sea mi maleta. Si me da un apurón me la compraré on line.




El momento libro de cocina, era también algo obligado, así que me decidí entre tantísimos que había por uno de Martha Stewart, como no, la musa gastronómica americana!




Lo del libro lo tenía fácil, se lo iba a endosar al Sr. Tobe dentro del maletín de su ordenador portátil. El, como no estaba presente, no se pudo oponer.

Me quedaban aun unos minutos para mi cita de las 20.30 para salir a cenar así que, en lugar de pasear por las calles de la ciudad, me dediqué a deambular entre las estanterías de este lugar con un encanto gastronómico difícilmente superable.




Ingredientes para galletas, cupcakes, masas de todo tipo.... Comprendo como puede sentirse un niño dentro de una tienda de juguetes!




Salsas, condimentos, un sueño de despensa!!! En ese momento quería ser americana y trabajar de dependienta en Williams-Sonoma, para verlos todos los días y para tenerlos muy a mano. 

Cuando viajo tengo esa fantasía absurda de querer ser de repente francesa, o holandesa, o italiana. Supongo que es señal de que me lo paso muy bien y de que no soy consciente de que lo que vivo en unos días o una semana no es representativo del día a día de cada lugar.

Ultimamente insisto, quisiera ser ciudadana neoyorquina, pero se me pasará pronto. En mayo cuando vaya a Hong Kong ya os contaré.






Beatriz Tobegourmet.


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