Si yo fuera niña y pidiera como deseo una tarta de princesas, imagino que pensaría en ésta. Marta, que ya está empezando a ser una niña muy popular a costa de las continuas referencias de su mamá, cumplió 9 años la semana pasada.
Por cuestiones de agenda nos resultaba imposible celebrar su cumpleaños como Dios manda, así que qué menos que prepararle una tarta super estupenda para que soplara las velas.
Bueno... la vela.... que me pareció tan ideal que la compré pensando en ella hace, ya más de dos meses, en una tienda preciosa en Arties.Aunque parezca mentira, esta tarta se prepara en un plis plas. Está rellena de dos capas de chocolate blanco, y la cobertura es de mantequilla y merengue; la he hecho ya mil veces.
El color rosa era un imperativo. Se lo debo. Hace cosa de una año le prometí, sin pensarlo demasiado, que iba a pintar su dormitorio de rosa. Concretamente de Rosa Lolipop, un color que la niña fichó rápidamente en una tienda de decoración, en un despiste mío...
No os imagináis lo avispada que es mi Marta. Y cuanto más años cumple, la cosa se va en aumento.
La última vez que me lo reclamó, ya todas mis disculpas agotadas, le puse fecha para quitarme el asunto de encima y le prometí que lo haría para su cumpleaños.
Pero el tiempo pasa volando y las paredes del dormitorio de Marta siguen a día de hoy de color beige muy muy claro. Totalmente anodino para una niña pequeña. Así que la semana pasada volvió a reclamarme muy seria el asunto de la habitación y el rosa Lolipop.
Consciente de que no iba a cumplir ni de lejos, me presenté con esta tarta tan coqueta y renové mi promesa... esta vez para el verano. Ay Señor!!
Os lo voy a explicar despacio para que podáis usar esta tarta de emergencia si os veis en una parecida. El resultado tiene efecto sedante e hiponótico. Por lo menos durante esa tarde, la tarta será lo único importante en esas pequeñas cabecitas.
Montamos las capas y cubrimos con la crema de matequilla cuya receta es uno de mis básicos de repostería. También la hago con Thermomix porque me resulta muy fácil.
Ponemos en el vaso con la mariposa el azúcar y las claras. El vaso tiene que estar muy limpio y seco para que monten bien. Programamos 4 minutos a 50º, vel 3 y medio. Y luego quitamos la temperatura y dejamos otros 4 minutos a la misma velocidad.
Esperamos que se enfríe el merengue para que no haya contraste de temperatura con la mantequilla. Será cosa de 5 o 10 minutos. Ponemos la thermo a velocidad 4 y comenzamos a incorporarla en trocitos, hasta que esté bien integrada. La pasamos a un bol, y la tintamos con una puntita de colorante rosa, yo he usado el de Wilton. Removemos hasta que quede un color homogéneo.
Pasamos a la nevera para que no esté tan líquida y se pueda aplicar con más facilidad. Para aplicar a la tarta bastará con media hora. Para los adornos con manga pastelera, pasaremos la crema a la manga y la dejaremos algo más de tiempo.
Si por un casual en el proceso de enfriamiento se os corta la crema. No hay problema!! la agitamos bien con unas varillas y se recupera perfectamente.
Además de bonita... no os imaginais el sabor... es una tarta deliciosa!!
Pero el tiempo pasa volando y las paredes del dormitorio de Marta siguen a día de hoy de color beige muy muy claro. Totalmente anodino para una niña pequeña. Así que la semana pasada volvió a reclamarme muy seria el asunto de la habitación y el rosa Lolipop.
Consciente de que no iba a cumplir ni de lejos, me presenté con esta tarta tan coqueta y renové mi promesa... esta vez para el verano. Ay Señor!!
Os lo voy a explicar despacio para que podáis usar esta tarta de emergencia si os veis en una parecida. El resultado tiene efecto sedante e hiponótico. Por lo menos durante esa tarde, la tarta será lo único importante en esas pequeñas cabecitas.
Ingredientes:
- 3 huevos.
- 100 g harina Santa Rita especial Repostería.
- 150 azúcar.
Para el relleno:
- 1 tableta de chocolate blanco Nestlé postres.
- 100 g de nata 35% mg.
Para la cobertura:
- 3 claras de huevo.
- 170 g de azúcar.
- 250 g de mantequilla punto pomada.
- Colorante rosa.
Preparación:
Necesitamos un molde pequeño, de 16 cm de diámetro. En la Thermomix montamos la claras a punto de nieve en vel 3 y medio, a temperatura 50, y durante 4 minutos con la mitad del azúcar. (acordaros de poner la mariposa). Luego incorporamos las yemas, y mezclamos unos segundos a vel 2. Añadimos el resto del azúcar y la harina en tres veces. Lo vamos batiendo todo a esa misma velocidad.
Lo vertemos en el molde previamente engrasado y lo horneamos 40 minutos aprox a 180º. Probad con la aguja y cuando salga limpia estará listo.
Dejamos enfriar el bizcocho sobre la rejilla y luego lo cortamos en dos capas.
Para obtener el ganache de chocolate blanco, basta con calentar a la vez el chocolate y la nata en un cazo a fuego muy bajo y sin para de remover.
Rellenamos el bizcocho y lo dejamos reposar hasta que el chocolate haya solidificado un poco. Luego, retiramos con una espátula el chocolate que haya podido derramarse por el bizcocho.
Para evitar que esto suceda podemos hacer a la inversa y esperar a que el chocolate enfríe antes de aplicarlo.
Para evitar que esto suceda podemos hacer a la inversa y esperar a que el chocolate enfríe antes de aplicarlo.
Montamos las capas y cubrimos con la crema de matequilla cuya receta es uno de mis básicos de repostería. También la hago con Thermomix porque me resulta muy fácil.
Ponemos en el vaso con la mariposa el azúcar y las claras. El vaso tiene que estar muy limpio y seco para que monten bien. Programamos 4 minutos a 50º, vel 3 y medio. Y luego quitamos la temperatura y dejamos otros 4 minutos a la misma velocidad.
Esperamos que se enfríe el merengue para que no haya contraste de temperatura con la mantequilla. Será cosa de 5 o 10 minutos. Ponemos la thermo a velocidad 4 y comenzamos a incorporarla en trocitos, hasta que esté bien integrada. La pasamos a un bol, y la tintamos con una puntita de colorante rosa, yo he usado el de Wilton. Removemos hasta que quede un color homogéneo.
Pasamos a la nevera para que no esté tan líquida y se pueda aplicar con más facilidad. Para aplicar a la tarta bastará con media hora. Para los adornos con manga pastelera, pasaremos la crema a la manga y la dejaremos algo más de tiempo.
Si por un casual en el proceso de enfriamiento se os corta la crema. No hay problema!! la agitamos bien con unas varillas y se recupera perfectamente.
La forma de aplicar la crema sobre la tarta es muy sencilla primero lo hacemos con una pequeña cantidad para sellar las migas y dejamos enfriar y luego aplicamos una cantidad algo más generosa de crema y comenzamos a alisar bien con ayuda de una espátula pequeña. Pero os vendrá bien echar un vistacito a mi tutorial sobre layer cakes. AQUI.
Os diré, que es conveniente ir lavando la espátula en agua tibia, y secandola con papel de cocina antes de seguir modelando la capa de crema. El resultado es increíble, conseguiréis que quede totalmente lisa.!!
Además de bonita... no os imaginais el sabor... es una tarta deliciosa!!
Beatriz Tobegourmet.